PERFECTO MISTERIO QUE RESIDE EN LO SENCILLO
Lo que va a suceder en el mundo de la música, va a estallar en Venezuela. Eso lo dicen reconocidísimos músicos, compositores y críticos del mundo entero. Yo tan solo lo creo y agrego: está sucediendo. Antonio Mazzei es uno de esos ejemplos en los que mejor se aplica esta afirmación. Siendo un pianista aun muy joven Mazzei nos enseña en su placa primogénita del talento y la creatividad de la que están rebosantes los músicos venezolanos de esta generación. El propio maestro Gerry Weil nos habló de su fortuna y la energía que había obtenido de este joven y robusto árbol musical que crece en la música de Mazzei.
Al iniciar la degustación de este disco compacto uno guarda la sospecha que esta ante algo magistral que debe develar. Nota a nota, Antonio nos muestra el perfecto misterio de su música: la sencillez y lo preciso. Pero no a modo de engreimiento, sino a modo de tiempo, de revisión y de contrastes. Hay en su discurso pianístico pausa y calma, de esa que alcanza madurez y verdad. Hay un discurso una entrega sin remilgos, que no suplica, que enfrenta la entrega como una posibilidad de encontrar la pausa. Hay en su trabajo un velo que descorre, como en el tema “Media Luna Andina” cuando hace juego infinitamente seductor con la voz de la talentosísima Mariana Serrano, colectando un paseo lúdico de notas nocturnas, un acto amoroso que acaba por llevar al oído la llamarada, la eclosión y el sosiego.