lunes, mayo 11, 2015

C4 TRIO SUENA A FUTURO


VISION MARGARITA  10 AÑOS 
Ha pasado una década desde que este par de mujerones; margariteñas, bravías, vergatarias y emprendedoras, se cogieran para sí, la idea de hacer lo que todo el mundo critica que escasea y no traen, no hacen, no producen o no inventan. Sin temores ni dudas, arman lo que deciden, impulsan y presentan. Cumplen con todo lo que han inventado y ofrecido, y quienes les preguntamos algo terminamos metidos de narices en este papel de cómplices o presentadores. Amantes de nuestra cultura y nuestra música, difusoras de talentos y apoyadoras de juergas y conciertos imposibles han terminado por crear una empresa que si ellas no la armaban, pues solo ellas terminarían por hacerla tarde o temprano.

Han ido de lo sacro a lo pagano, del Carnaval a la Semana Santa; se han paseado de lo popular a lo elitesco, del reaggeton al jazz, pero es en la promoción de nuestra música, tradicional o nueva, donde han logrado sembrar las muestras que promocionan y valoran la Venezuela talentosa, pujante e invencible que se presenta aquí esta noche para celebrar, como debe ser, los 10 AÑOS DE VISION MARGARITA y los 10 AÑOS DE C4 TRIO. Ellas son Mónica Jiménez y Belkis Requena…

JENNIFER MOYA:
La fuerza de la libertad creativa e interpretativa, se expresa en el canto y la fortaleza de su timbre vocal. Una reciedumbre que matiza y desliza con suavidad, como acariciando aires de música con su tesitura evocando la salitrosa brisa insular.
Jennifer Moya viste de alegría y margariteñidad su canto. Un canto que permanece en el repetitivo rugido del mar y en la vaporosa bruma que queda en la orilla. Canto que vuela y canto que pliega sus alas sobre el espíritu bravío de la insularidad.


IBRAHIM BRACHO
El tiempo recio le persigue. Tras 52 años en la composición y el canto, el sol en su cabeza nunca lo vence. Cumple con el sagrado ritual de beber en nuestros mares el elixir impecable de nuestra sangre. De pura cepa, escama, salitre y ají; dulce sanjuanero que revierte en canto y verso inagotable.
Ibrahim Bracho, de los que nunca se cansan, de los invencibles. Autores y cultores que nuestro país necesita vivos, bien vivos, para que su grito sea himno y sea bandera de libertad. Margarita tiene en su garganta y en sus manos el obrero que fortalece su querencia, exalta el rugido del mar y acaramela el alma de los abandonados.  En su canto se abrazan los paisajes, las vivencias, las carencias, los amores y desamores; y los sufrimientos de nuestra salada tierra. Bracho, cuando canta, canta también la alegría de nuestra música margariteña, en el galerón, el polo, la malagueña, el joropo estribillo, la jota carupanera y el Mare Mare. Y hoy viene a explayar su canto, de a poquito, nuestro Ibrahim Bracho, orgullo de nuestro estado Nueva Esparta, de Venezuela y del mundo…

C4 TRIO SUENA A FUTURO
Hace 9 años tuvimos noticia de un prodigio. Un proyecto audaz e imposible que unía, en virtud de sus talentos, tres visiones y tres estilos de un mismo instrumento. Venían de una cosecha… La Siembra del Cuatro del gran Maestro Cheo Hurtado. Y también venían de la incipiente y atrabiliaria ingenuidad de quien se quiere comer el mundo con la genialidad en sus manos. Jorge Glem, Edward Ramírez y Héctor Molina se juntaron y en una mañana explosiva inventaron algo que aun, muchos, no logran entender. ¿Cómo es que un trio de cuatros logre hacer cantar, percutir, puntear, rasgar, acompañar y construir melodías en una suerte enrevesada de trio de solistas? Cómo es que cada uno con sus genialidades personales, ideas, ejecuciones y afinaciones logren yuxtaponerse para que sea un cuerpo robusto e inquebrantable.

Si estas preguntas fueran sencillas, ya no solo fue darle voz a algunos temas o agregar el color de las maracas o de la percusión. No sólo fue romper el viejo dilema de agregar a la construcción de sonidos con el cuatro un robusto fondo que no sólo marcara la profundidad como el bajo sino que fuera lo suficientemente loco, como ellos y también snara como un solista, que solo podía ser Rodner Padilla. En tan solo dos producciones se habían inventado y reinventado en cada tema que se les ocurrió incorporar a un sencillo cantor venezolano: Gualberto Ibarreto. Entonces eso que fue innovador y visionario, volvió la vista atrás a reconocer a uno de nuestros grandes valores musicales para rendirle tributo a su canto, obra, estilo y personalidad. Gualberto les convirtió en sus ídolos, en esa suerte de ouróburus, en el que la cabeza de la serpiente se muerde la cola, hasta el circular infinito. Volaron imaginativamente (lo que dicen por allí, se fumaron una lumpia) al introducir con el cuatro de cuerdas metálicas de Edward los acordes de Johan Sebastian Bach con golpe tuyero.  Y allí fue destape mundial y mediático. Llegaron las nominaciones, el jetset y el paseo de la fama. Pero faltaba aún más. Dos de ellos vienen construyendo y encofrando las columnas de sus propuestas personales. Jorge y Edward van haciendo caminos paralelos y en conjunto, porque se encuentras en la Movida Acústica Urbana, suerte de colectivo musical caraqueño que redimensiona y potabiliza los sonidos alternativos juveniles a través de los instrumentos y géneros venezolanos. Ellos también caminan por el Ensamble Capicúa, por Los Sinvergüenzas,  o por Peperland (una expresión de la música de los Beatles con géneros venezolanos como el calipso, san Millán, merengue caraqueño, tambores de sanjuán y otras perlitas inmarcesibles) o por cuanta Guataca se desarrolla en el país o fuera de él. No hay en este momento premio, celebración o show que nos los quiera tener en su cartel. Hasta en Sábado Sensacional fueron a dar…  
Y vino para mayor destape mediático el trabajo al lado de Rafael El Pollo Brito, incluyendo algunas geniales piezas instrumentales que ya venían desarrollando y puliendo. Con más de nueve ingenieros de grabación en distintas partes del planeta, C4 Trío logra en 2014 el Premio Grammy Latino a la Mejor Grabación de Música Tradicional obteniendo así 9 trofeos, para cada uno de los ingenieros que lograron el impecable producto.

Al C4 Trío también le ha tocado incorporar otros colores. Ya inseparables de la fórmula de tres cuatro y un bajo, luego de los requerimientos en el exterior de Rodner, les acompañó por un breve tiempo otro hermano, Gonzalito Teppa, el que también hubo de ir al exterior a exponer su talento y explorar nuevas rutas. Es así como llega Gustavo Márquez el bajista que viene a poner oído y frescura a algo que nunca ha dejado de ser fresco ni autentico ni nuestro.
C4 Trio es también una forma de ser venezolanos. Han traído alegría y futuro a la desesperanza de estos tiempos. Han traído agua fresca a nuestras vidas. Escuchar al C4 Trio es renovar los votos por nuestro país, alimentar la venezolanidad y sobre todo caer en cuenta, en cada tema, cada disco, que nuestro futuro está a salvo en sus manos y sus instrumentos. C4 Trio suena a futuro. Y en 10 años, han perfilado una manera de entender y expresar el sueño del país prometido: feliz, unido y en paz.

Deysi Barrios con C4 Trío luego del excelente concierto


ALBUM CON IMAGENES DEL CONCIERTO
LOS 10 AÑOS DE C4 TRIO EN MARGARITA 

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