El jazz es un abrazo en la madrugada.
Si hubiese la manera de permanecer en su abrazo no existiese los espacios de la soledad. El jazz es una calada que arrastra de todo, que mueve el fondo; que todo lo trae y todo lo lleva. El jazz es como una fuente de la que beben todos y todos la llenan. Nadie traiciona al jazz porque el jazz a nadie pertenece. Nadie finge amar el jazz, pues para amarlo hay que saberlo, como el aceite de la mujer. El jazz cuando se apropia de alguien ya más nunca abandona sus días. El jazz es una sentencia en la que todos presumimos la certeza de ser amantes o infieles sin serlo.
El jazz se hace nuestro cuando lo bebemos, aunque no todos se atreven a escanciar ese licor. Incluso cuando se lo brindas a alguien, por lo general sabe que es un buen elixir pero tarda días en saber que ha sido intoxicado con su veneno.
Con la mujer es distinto, pues ella lleva per se inoculado el virus del jazz. Cuando bebemos de sus labios, nos está suministrando la dosis exacta para permitirnos enfermar de amor o de jazz que es lo mismo, se sabe.
Y hoy hemos venido a ser infectados de gozo y jazz. Es el jazz que nos trae uno de los más importantes pianistas del jazz venezolano e internacional: Leo Blanco… Leo es quizás en este momento uno de los músicos mas influyentes en la escena musical venezolana. Así lo reflejan sus trabajos anteriores y esta AFRICA LATINA que viene hoy a inocularnos. Fusión de ritmos y sonoridades africanas en la paleta de intensos colores latinoamericanos. Su trabajo intenso y creativo, profundo y reflexivo se avoca a sabernos como cultura pero también como expresión de una raza cósmica y mestiza que nos hace únicos y universales como lo dijo el maestro Jose Ignacio Cabrujas.
Junto a el, se nos aviene la exactitud y la precisión del contrabajista Gonzalo Teppa, quien en su más reciente producción CON TRABAJOS DE ALDEMARO lo reafirma como uno de los músicos más versátiles, estructurados y milimétricos en la ejecución del bajo en nuestro país. Y para agregar atmosfera, sonoridad, alma y locuacidad también presupuestamos al carismático Diego “El Negro” Alvarez en la percusión, no existe nadie que no lo quiera tener en su proyecto…
Todo lo demás esta demás. Pues al estar frente a un prodigio no queda más que verlo, escucharlo, degustarlo y disfrutarlo. Son esas pocas cosas a las que se asiste como en una ceremonia. Y esta noche asistiremos a la llegada del Jazz a Margarita que es como celebrar la llegada de la buena música a nuestras costas. Celebrarlo, como dice Montejo, para vivir o para morir, ya no se sabe, porque al entrar ya no se sabe.
El jazz se hace nuestro cuando lo bebemos, aunque no todos se atreven a escanciar ese licor. Incluso cuando se lo brindas a alguien, por lo general sabe que es un buen elixir pero tarda días en saber que ha sido intoxicado con su veneno.
Con la mujer es distinto, pues ella lleva per se inoculado el virus del jazz. Cuando bebemos de sus labios, nos está suministrando la dosis exacta para permitirnos enfermar de amor o de jazz que es lo mismo, se sabe.
Y hoy hemos venido a ser infectados de gozo y jazz. Es el jazz que nos trae uno de los más importantes pianistas del jazz venezolano e internacional: Leo Blanco… Leo es quizás en este momento uno de los músicos mas influyentes en la escena musical venezolana. Así lo reflejan sus trabajos anteriores y esta AFRICA LATINA que viene hoy a inocularnos. Fusión de ritmos y sonoridades africanas en la paleta de intensos colores latinoamericanos. Su trabajo intenso y creativo, profundo y reflexivo se avoca a sabernos como cultura pero también como expresión de una raza cósmica y mestiza que nos hace únicos y universales como lo dijo el maestro Jose Ignacio Cabrujas.
Junto a el, se nos aviene la exactitud y la precisión del contrabajista Gonzalo Teppa, quien en su más reciente producción CON TRABAJOS DE ALDEMARO lo reafirma como uno de los músicos más versátiles, estructurados y milimétricos en la ejecución del bajo en nuestro país. Y para agregar atmosfera, sonoridad, alma y locuacidad también presupuestamos al carismático Diego “El Negro” Alvarez en la percusión, no existe nadie que no lo quiera tener en su proyecto…
Todo lo demás esta demás. Pues al estar frente a un prodigio no queda más que verlo, escucharlo, degustarlo y disfrutarlo. Son esas pocas cosas a las que se asiste como en una ceremonia. Y esta noche asistiremos a la llegada del Jazz a Margarita que es como celebrar la llegada de la buena música a nuestras costas. Celebrarlo, como dice Montejo, para vivir o para morir, ya no se sabe, porque al entrar ya no se sabe.
Palabras de Fernando Escorcia en la
Presentacion de Leo Blanco, Gonzalo teppa y Diego El Negro Alavarez
Sala Casa de Las Artes Omar Carreño de La Asuncion, Nueva Esparta
Jueves 06 de Agosto, 2.009
No hay comentarios.:
Publicar un comentario