JAZZ VENEZOLANO PARA INSISTIR
Cuarteto Rítmico de Caracas
Suelen suceder cosas maravillosas cuando se reúne gente talentosa, cualquiera sea su edad. Y en esta producción ocurre que dos generaciones de músicos se saborean ante la potabilidad de una propuesta solida aunque fugaz. Lamentablemente, fugaz y perecedera. La unión de cuatro músicos venezolanos que abren espacios al equilibrio y la destreza. Presupuestando en su trabajo precisión e inteligencia. Cuando uno abre este empaque sabe que está entrando en los espacios del Cuarteto Rítmico de Caracas, en una casa signada por la novedad y la riqueza de la nueva música venezolana. Esa nueva música a la que se celebra como el retorno de un viejo amor luego de un largo viaje perdido.
Ezequiel Serrano (s) y Alberto Vergara (v) atan la dupla de los avanzados de trocha y vida; mientras Diego “Negro” Alvarez (bat-cussion) y Rodner Padilla abrazan las posibilidades de la talentosa generación musical venezolana que ha construido su presencia y propuesta en su personalidad y su creatividad. Incluso el atrevimiento y el arrojo de Dieguito intentando vocalizaciones flamencas que sorprenden y nos llevan a celebrar su audacia y tenacidad.
Esta placa homónima inicia su recorrido con Masa y Espacio, construyéndose sobra la sólida personalidad del bajo de Padilla, limpiando una pizarra para acercarnos quizás a la concepción física de esta propuesta musical llenado espacios, evolucionando sobre el volumen, la masa. Así avanzamos sobre el icónico cerro capitalino, buscando en quienes viven o padecen la ciudad una seña para su redención en una vía alterna a los atascados caminos de la ciudad. Geonauta nos acerca una geografía musical, creativa, descubierta en los colores de música y voces. Claroscuros que son espantados por el discurso ingenioso y clarificado del saxo: impecable mezcla de coros, saxo y melodías. Es un símbolo del compacto, atesorando en su vuelo un viaje espacial sobre nuestra rica geografía musical. Llegado el momento de pensar en claroscuros y el refrescamiento perfecto del tiempo-disco Mariana Serrano (hija del saxofonista Ezequiel Serrano) aparece en Vendo mi vida como oasis exuberante pero no en medio del desierto sino en la espesura de tanta música: como faro que guía; voz y poesía, que es la mejor salvación cuando perderse juntos ya no es perderse. Red Clay y el tema A la carga son producto inevitable de una conjunción de factores que producen música inteligente. Música que desea, reclama varias lecturas. Porque eso hace del Cuarteto Rítmico de Caracas un ensamble genuino e inusitado: no hace música complaciente, es música que pide oídos exigentes.
Así Rondeña de ella donde nos asombra un paseo melodioso por el flamenco y las fusiones con nuestras claves y nuestros colores. Tanto la venezolanidad irrenunciable que brindan en su versión de Amor de Conuco, uno de los más hermosos temas de amor latinoamericanos, compuesto por el gran Juan Luis Guerra y quien tuvo la oportunidad de oír y maravillarse con esta curiosa versión del CRC. En su versión de La Plancha hacen otra revelación: sabiduría y conocimiento, veteranía y tarima. Nos enseñan que en este disco también hay espacio para el asombro.
Lamentablemente, por las noticias que recibimos, este afortunado ensamble ya se ha desintegrado. Luego de ir juntos, desde 2.007 fusionando y proponiendo un jazz de profundas raíces tímbricas pero melodiosamente amparado en la nueva visión de la música venezolana. Nos queda el sabor en boca y oído, persistente y estructurado, pocas veces logrado en nuestro país en tan poco tiempo y espacio. Nos deja la melancolía de los disfrutes en mesa de un gran caldo con sabores imposibles o inéditos, creíbles o imborrables, pero sonoridades que ya una vez escuchadas no nos dejaran íngrimos el resto del camino. Quizás persista en oído, maduro en sonidos y composiciones. Podrán abrazar los sonidos victoriosos de quienes logran acercarse a la excelencia. Quizás. Pero sin pedir ni luchar su sitio, han dejado un hueco que avizoramos inmenso en nuestra escena musical. El Cuarteto Rítmico de Caracas nació para hacer cosas grandes y solo en sus inicios nos deja uno de los mejores discos producidos en nuestro país. Incluso, para nosotros, la mejor producción del 2.010.
ENCUENTRO. Cuarteto Rítmico de Caracas 2.010. Producción independiente
RED: T @cuartetoritmico / FB Group Cuarteto Rítmico de Caracas
Claves: Elementos percusivos y melodía. Repertorio exigente. Jazz para insistir
GEONAUTA, AMOR DE CONUCO y LA PLANCHA: Claves imperdibles
En boca: Vendo mi vida
NOTAS DE CATA:
Estructurado, Maduro. Persistente en oído. Varietal en edad, reserva y crianza. Rico en ritmos y colores.
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