Hay eventos en los que uno sueña con participar, disfrutar. Hay otros en los que es obligación asistir y otros a los que se debe hacer presencia para ser testigos de un hecho histórico. Pero los que más se recuerdan son los eventos a los que se disfruta desde que se decide visitarlos.
Esta experiencia del Salón Internacional Gastronómico de Caracas (SIGccs) ha sido digna de recordar. Desde los previos, los tropiezos, las incomodidades del sitio, el desorden implícito en la desorganización, los aciertos en los expositores y sobre todo las catas y ponencias que nos trajeron cocineros, sibaritas, exploradores, sommeliers y especialistas.
Las primeras impresiones siempre son las que se recuerdan. Mucho publico. Esto es un punto valioso. Lo que habla de la consolidación de una empresa que tiene ya diez años llevándose a cabo. Y por eso mismo, es que asombra la desorganización, el incumplimiento de los horarios y las incomodidades de espacio, ubicación y orden interno.
Todos sabemos que no hay en este momento organización, evento o emprendimiento que no haya sido sacudido por la crisis económica, política y social que transcurre en nuestro país. Desde las ferias del libro hasta los partidos de la Vino Tinto. Desde los salones gastronómicos hasta el Miss Venezuela. Desde lo mas profundo de nuestra identidad hasta nuestros divertimentos mas superficiales. Todos, en alguna medida sufren de falta de apoyos, patrocinios, anunciantes y suscriptores. A esto agregamos los temores propios del brazo inquisidor del Estado o la sencilla falta de apoyo gubernamental lo que hace casi inevitable las correderas de ultima hora o la tentación de ceder ante el merecimiento del espaldarazo todopoderoso estadal aun a costa de ciertos principios. Esto ultimo, no fue el caso del SIGccs pero la historia de sus tropiezos pasa por allí.
PONENCIAS Y EXPRESIONES
Por una parte, Sergi Arola trajo de sus fogones algunas recetas de sus platos catalanes pero adaptados a la diversidad de ingredientes del Caribe, lo que inmediatamente nos llevo a pensar en la globalización de la gastronomía. El propio Sergi, se divirtió en el pódium (sencillo pero correcto set de cocina para darle soporte a las clases magistrales y exposiciones que se dieron estos tres días) cuando una curiosa confusión sacudió el auditorio con el nombre de puerros y apio España que difiere en nuestros países. Pero la creatividad del chef catalán fue a mayores. No solo para abordar el tema de la gastronomía, nuestras identidades y culturas como quiera que hayan sido corrompidas por la política (aunque creemos debió haber pensado en la “politiquería”) que pervierte todo orden, toda posibilidad de unión nacional.
Y por otra, el chef Sumito Estévez quien partiendo del compromiso y la responsabilidad social del cocinero, viene trabajando sobre la colaboración y la transferencia de conocimiento desde los profesionales de la cocina a sus comunidades, puentes necesarios para que sectores necesitados del país encuentren vías de desarrollo de emprendimientos sustentables desde las perspectivas económicas, políticas y sociales.
Bajo la experiencia del propio Sumito en su nueva residencia en La Asunción, Estado Nueva Esparta, y a la luz de lo que el propio chef resume como “La Felicidad es una deuda”, esta exposición es parte de un proyecto de largo aliento y de gran emprendimiento personal cuando busca las posibilidades de desarrollo en el cultivo, cosecha y procesamiento de un producto local llamado “Pan de Año” y que además viene a ser el producto emblema de la localidad, a la postre capital del estado.
EXPOSITORES EN LA HORA MENGUADA
Pocos expositores y de muy poco impacto el montaje y propuesta de los stands. A no ser por el de grandes empresas nacionales (Makro y Pomar), las embajadas de países productores de vinos que se expenden en Venezuela o el de las secretarías de turismo de algunos Estados (Amazonas, Zulia, Carabobo, Miranda y Lara) quienes llevaron lo mas resaltante de su culinaria, sus productos, sus ingredientes propios y su gastronomía como parte de un aprovechamiento exacto de las oportunidades de estar en esta increíble ventana que permite mostrar lo mejor de la gastronomía de nuestro país.
Lamentamos inmensamente, que siendo en estos momentos, uno de los mejores por los que atraviesa la industria editorial del país, sobre todo por el impulso increíble de las ediciones gastronómicas no haya tenido el suficiente reflejo de ese efecto en el SIGccs. En el momento en el que más se está escribiendo y editando sobre gastronomía en nuestro país es cuando menos exhibición tiene en estos eventos. Quizás responda al hecho que sea una empresa editora precisamente la que forme parte del holding de involucrados en la organización del SIGccs, lo que refleja de la misma forma, la poca consistencia y visión de país del que hablamos unos párrafos arriba.
Desde el inicio de este viaje tropezamos con los afectos de grandes amigos que siguen dando sus aportes por el crecimiento de la gastronomía venezolana cada uno en su espacio, cada uno en su estilo. Estos afectos culinarios, que como los de la vida, son los únicos que nos salvan.
MAURIZIO LAPORTTA: explorador de mares, investigador de la pesca margariteña y magistral procesador de productos marinos nos acompañó en nuestro vuelo de Porlamar a Caracas. En la conversación recibimos otro baño de conocimientos pesqueros y que de cierta manera esta dando el aporte necesario para consolidar y seguir desarrollando nuestra gastronomía bajo la implementación, rescate y creación de recetas venezolanas con productos propios de nuestros mares. Cacumo, salmonete, atunes, sardinas, bagres y parte de la inmensa cantidad de pargos que son capturados día a día en nuestros mares. No en balde, el restaurante que lleva adelante en sociedad con Sumito Estévez enaltece nuestros pescados a todo lo largo de su carta, de la misma forma como se convierte en un “socio” valioso en el aprovisionamiento de pescados a distintos restaurantes capitalinos como Vinosfera de Maria Fernanda Di Giacobbe (en el que pudimos degustar y comprobar no solo la persistencia en carta del “pulpo pampatareño” o de la “curvina guardiera” sino la maravilla del sitio y la cocina de esta solida propuesta de vinos y gastronomía venezolana), ICC Caracas, Alto, entre otros.
PROF. VICTOR MORENO D.: Pudimos saludar al Prof. Víctor, siempre un templo de afectos, sabiduría y cordialidad. Compartimos gratamente con el y nos habló de sus experiencias en el congreso gastronómico Mistura Perú 2011, en el que acompañó junto a toda el colectivo de Venezuela Gastronómica la ponencia que sobre el Tequeño desarrollo el cocinero Sumito Estévez. Entre otras cosas, también nos puso al tanto de las experiencias de este SIGccs y lamentamos inmensamente no haber podido asistir en el cierre del evento caraqueño a su ponencia, junto a su hijo el chef Víctor Moreno sobre La Cocina de Doña Bárbara.
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