Hay eventos en los que uno sueña con participar, disfrutar. Hay otros en los que es obligación asistir y otros a los que se debe hacer presencia para ser testigos de un hecho histórico. Pero los que más se recuerdan son los eventos a los que se disfruta desde que se decide visitarlos.
Esta experiencia del Salón Internacional Gastronómico de Caracas (SIGccs) ha sido digna de recordar. Desde los previos, los tropiezos, las incomodidades del sitio, el desorden implícito en la desorganización, los aciertos en los expositores y sobre todo las catas y ponencias que nos trajeron cocineros, sibaritas, exploradores, sommeliers y especialistas.
Las primeras impresiones siempre son las que se recuerdan. Mucho publico. Esto es un punto valioso. Lo que habla de la consolidación de una empresa que tiene ya diez años llevándose a cabo. Y por eso mismo, es que asombra la desorganización, el incumplimiento de los horarios y las incomodidades de espacio, ubicación y orden interno.