el que tenga compañía soledad
el que siga buen camino tendrá sillas
peligrosas que lo inviten a parar
Pero vale la canción buena tormenta
y la compañía vale Soledad
siempre vale la agonía de la prisa
aunque se llene de sillas la verdad
La Historia de las Sillas – Silvio Rodriguez
Volver a casa de los amigos es volver a la protección de los afectos. Como cuando uno busca resguardo o atención. Cuando uno entra a casa de Esther González siente que está entrando al paraíso de la infancia. Por lo seguro y por la vuelta a los espacios que marcan nuestro pasado y nuestra historia inmediata. Allí el zaguán, los corredores, la ventana serenatera, el patio interior, las habitaciones y espacios que viven hacia el corredor, el lar de la cocina en el fondo; pero sobre todo los afectos que pululan en cada recuerdo, cada antigüedad, cada lámpara, cada silla que nos invita a descansar.
La Casa de Esther es una
peligrosa silla en el camino. Peligro que recae en la profunda tentación de
quedarse, más el regodeo infinito de sus sabores y el caluroso apego a su
palabra fuerte, directa y margariteña. Esther es un portento de energía y
empuje, criterio y creatividad; valiente y necesaria compañera en cualquier
proyecto.
Más que buscando una silla fuimos a su
Restaurante a reencontrarnos sobre la mesa y sus platos, para acariciar nuevos
proyectos y repasar los pasos perdidos. Allí nos recibe junto a su hija Aisha
quien a otra velocidad, justa y necesaria, lleva la otra parte de los fogones y
sus mesas. Convinimos en acariciar unas copas y otros guisos propios ajenos,
repasamos otros sueños por construir en nuestra Isla de Margarita y avanzamos
sobre la amistad que se cuece al fragor de los platos, los sabores y nuestro
compromiso por la gastronomía margariteña.
Luego de disfrutar los platos
que dispuso para mi esposa Deysi y para mí nos dispusimos a entregarnos los
regalos atrasados, las anécdotas viajeras, los boleros de Compay Segundo y las
sazones que se traen en las maletas no solo para recordarlas sino para
compartirla con los amigos y cómplices.
Luego de los escanciados vasos y
los planes develados hubo de llegar la hora de tomar camino y en el silencio de
la carretera, sonreír pensando que es imposible no amar la energía de una mujer
como Esther González. Allí en su hermosa casa de Pedro González dejamos los
relojes preñados de horas nuevas y cuadernos con versos inacabados. Dejamos
colgadas las sillas ansiosas de sosiego junto a la mesa adulta, madura y dispuesta
a entregarse a la creación de sus platos y el compromiso de un nuevo encuentro.
PLATO Y OFRENDA
Pastel de Maíz de Cachapa con relleno de cazón y orégano del huerto
Los emblemáticos Ajíes Rellenos con Morcilla, Cazón y Chicharrón
con mermelada de Ajíes dulces y queso de cabra
Entre plato y plato, otros comensales celosos reclaman su atención
Pesca del día (mondeque) en costra de casabe, mostaza y picante.
Arroz con curry y ensalada de plátano rallado, rábano, zanahoria y cilantro
Plumitas con Langostinos en salsa roja picante y albahaca de su patio
Helado de Auyama, arroz con coco y ralladura de coco y lima
Compay Segundo junto a otra leyenda de la "chansoin" francesa: Charles Aznavaour
Tema: Morir de Amor (Disco Duets)
Tema: Morir de Amor (Disco Duets)
Restaurante La Casa de Esther - Valle de Pedro Gonzalez, Isla de Margarita.
@LaCasadeEsther
FANTASTICO...ella, el lugar, su comida...dejar de visitarla, jamas!! Gracias, miles de gracias
ResponderBorrarGracias, Flavia. Es una mujer con un corazon enorme en una casa con una calidez inusitada. Es obligación de todos los que visitan la isla de Margarita, conocer Rest. La Casa de Esther en Pedro Gonzalez.
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