ESCENARIO: LA PEDREGOZA MERIDA
Siempre es fácil reconocernos
en nuestro entorno. Es más fácil ser nosotros mismos en nuestra zona de
confort, en donde manejamos nuestro entorno, conocemos el espacio y el tiempo
aplicado a nuestra atmósfera. Como también conocemos el ecosistema que nos
rige, donde vivimos y qué nos arropa, qué nos brinda y qué nos niega. Al chef
Nelson Castro se le ha hecho natural respirar en sus páramos andinos. Un
entorno fácil y amable para crear, para entenderse con su naturaleza, la idiosincrasia
de su pueblo y los productos locales que se les brinda a manera de ofrenda y
compromiso.
En esta oportunidad fuimos a visitar
a Nelson a su cocina residente, en la Hostería Spa La Sevillana en La Pedregoza
Alta, Mérida. Fue allí en donde, junto a su novia Andreína Dezzeo y su fiel
asistente Numynoszky Paredes nos brindaron un banquete en seis platos, en los
que resaltamos varios valores.
-El manejo y conocimiento del producto
local. Nelson se ha afanado en perseguir, explorar e investigar las distintas
ofertas de productos gastronómicos de su entorno inmediato. Un acercamiento muy
cierto y alternativo a la Cocina 0 Km que explora René Redzepi en su NoMa de
Copenhagen. Con todas las diferencias, Nelson se ha acercado a los productores
buscando responsabilidad, respeto por la cría y la cosecha, alentando la
entrega fija y el cuidado de todos los productos desde su origen, cultivo y
cría hasta la llegada a su cocina. Nada está más allá de los 50 Km desde sus
fogones.
-La práctica y la experiencia
en técnicas y recetas. Castro ha ido, por fuerza de su disciplina silenciosa y
su afánosa responsabilidad, perfeccionando cocciones, sazones, tiempos y
experimentaciones. Un manejo correcto y cierto que van en búsqueda de un
horizonte pleno de aciertos y propuestas innovadoras. Incluso al verificar que
muchos de sus experimentos carecen de los equipos y artefactos necesarios,
Nelson demuestra en cada uno de sus ejercicios y lecturas un manejo del fondo
del plato, de su concepto y un cocimiento de lo su composición para saber cómo
lograr lo que imagina y saborea.
-El tiempo. Para Nelson Castro
el tiempo es no solo una medida, sino que también es un aliado y a veces un
reto. El tiempo, como suele ocurrirle a los sabios, no es el tema a vencer. El
tiempo es socio inapreciable para alcanzar los objetivos. Cuando probamos un
plato de Nelson Castro, también descubrimos en ellos el tiempo aplicado a sus
exploraciones, la búsqueda de su correcto sabor y textura, la experimentación en
olores y cocciones, el ensayo y error pero sobre todo la incansabilidad de un
terco cocinero que investiga y se apasiona con sus platos y sus objetivos.
He aquí la reseña en imágenes de
esta cena en su comedor en Hostería Spa La Sevillana, La Pedregoza Alta, Mérida
Edo. Mérida Venezuela
Entrada de Papas Salvajes con queso andino y croquetas de pimientos de piquillo
Crema de Vegetales con queso de cabra y ajíes
Coca de Sandia, sani, especias, aceite de oliva y sal gruesa
Cara de cerdo a baja cocción envuelto en papel de arroz
Cordero lechal indescriptible
Cochinillo a baja cocción. Puré bastardo de papas.
Uno no deja de asombrarse por el tiempo retratado en este sabor
Esfera dorada y falsa tierra de oreo
Ponque de chocolate y helado de sarrapia
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