En este momento país, muchos son los que hemos decidido quedarnos y seguir luchando por lo que creemos. Un país feliz y en
armonía, de iguales oportunidades, eso que muchos nos empeñamos en demostrar:
que ese mejor país es posible. Muchos de esos que deciden quedarse a construir
país, terminan convirtiéndose en héroes.
Desde la gastronomía hay un buen número de
cocineros, restauradores, emprendedores, cultores y cocineros populares que no
sólo lideran sus propuestas y proyectos, en su zona de confort inmediata. Hay
también quienes, por fuerza de otras fuerzas y sinergias, salen de allí para
abonar un campo fértil del que muchos están tomando sueños, inspiración y
valor.
Eso es parte de los que vivimos en Maturín, los
días 1,2 y 3 de Junio en un evento de título medio psicótico como lo es
“GASTROMANIA MONAGAS 2018, Maníacos de la gastronomía”. Un grupo de
profesionales, ofiantes y empresarios que se reúnen para promover sus
propuestas culinarias, brindar vitrina a otros restauradores y dar a conocer a
los emprendedores que demuestran la audacia y tenacidad en proponer nuevos
productos, platos e ingredientes en nuestra gastronomía. Al tiempo dieron
espacio a mostrar, para visitantes y residentes, una mínima muestra de lo que
está ocurriendo en las cocinas de algunas de las regiones más representativas
del país.
Es así como, en este evento, también se abrió
sendos espacios para el desarrollo de cocina en vivo y un auditorio de
exposiciones y ponencias así como lagunas catas (vinos Pomar) y degustaciones
(rones y cervezas).
En este espacio de tan solo 30 personas, en un
apropiado set para el show cooking se mostraron las cocinas e investigaciones
de algunas regiones. El mismo viernes arrancó la cocina en vivo con
representación de los restaurantes merideños, el chef Iván García (El Bosque en
el Hotel Belensate) y su postre Merengue de Guanábana con perfume de limón.
De
la zona andina también escuchamos una clase magistral del cocinero Daniel
Molina con su investigación del Cochute, que es un tradicional potaje con arvejas y caldo de res. Una investigación valiosa que viene a reivindicar este plato (presente en Trujillo y Táchita también) y que ha sido marginado culinariamente por la pizca andina. Molina, sigue ahondando en la cocina merideña y sus ingredientes, de tal impetú que hasta diseñó junto a Ramón Molina un condimento llamado "Gustoso Pa'Usté" hecho sobre la base de el ahora conocido saní.