CAPÍTULO QUINCE: ESTADO Y PANDEMIA
A LOS NEOESPARTANOS NOS TOCA PROPICIAR LA
NORMALIZACIÓN DE UNA SOCIEDAD QUE SERÁ MÁS AUSTERA, MÁS CORRESPONSABLE; O NO
SERÁ.
MANUEL ANTONIO NARVAEZ
OFICINA
DE PLANIFICACION Y PRESUPUESTO DEL ESTADO NUEVA ESPARTA
No creo que podamos medir de manera rigurosa y
confiable la magnitud del desastre.
Entre
los amigos y aliados de Margarita Gastronómica siempre hemos tenido una silla
especialmente reservada al economista, intelectual y estadista Manuel Antonio “Toñito”
Narváez. Desde sus espacios de sobriedad, reflexión y calma siempre ha
aportados ideas y análisis que han arrojado luz y soluciones a los problemas
que adolece el estado Nueva Esparta. Para nosotros es un inmenso honor contar
con sus conceptos y cavilaciones para ir perfilando un camino de salida a esta
crisis generada por la pandemia en nuestra Isla de Margarita. Su amplia y
certera visión Política y de planificación del Estado le da más aún credibilidad
a sus palabras que reúnen en la mayoría de los casos, las meditaciones y
preocupaciones de quienes atesoramos la idea de una isla y un país mejor.
Pero
como todo planificador y estratega, debe contar con elementos básicos sobre la
mesa para hacer análisis, diagnóstico y propuestas. Por eso lamenta profundamente
la carencia absoluta de cifras, mediciones y estadísticas ciertas, creíbles y
reales. Al parecer de Narváez, “la información estadística que se ofrece, no
sirve como herramienta de diagnóstico de la realidad, porque lo que se da a
conocer no es más que manipulación propagandística”. Y va más allá, pues resalta
que “destruir el termómetro no hace desaparecer la fiebre. No creo que podamos
medir de manera rigurosa y confiable la magnitud del desastre, con lo cual será
más difícil diseñar acciones eficientes para superarlo; pero todos conoceremos
su gravedad porque, sin excepciones ni atenuantes, lo sufriremos en carne
propia”.
En el caso venezolano nos cuesta ver el componente
positivo de las crisis
Pero
cómo cree Toñito que esta crisis pueda cambiar la percepción de la crisis, cómo
puede ser ese cambio en el margariteño. Es allí donde nos aporta ideas para
mirar lo propio con escepticismo pero sin perder la posibilidad de construir
puentes, salidas. No redunda a recordar
a Kennedy, quien en uno de sus discursos, señalaba que “los chinos escribían la
palabra crisis utilizando dos caracteres: uno de ellos significa peligro; el
otro, oportunidad”. Y toma la idea del atolladero venezolano en el que durante
dos décadas hemos visto destruir no solo buena parte de la institucionalidad
sino “las esperanzas frustradas y oportunidades perdidas”: en el caso venezolano,
luego de dos larguísimas décadas de esperanzas frustradas y de oportunidades
perdidas, nos cuesta ver, como supuestamente hacen los chinos con facilidad, el
componente positivo de las crisis, remata.
Y aun
así atisba caminos de salida, la misma sabiduría asiática llama a no permitir
que se cierre el sol a mediodía. Para Manuel Antonio, “la actual situación de
descalabro, de desajustes y reacomodos, abrirá espacios al optimismo solo en la
medida en que se concreten iniciativas en favor de un acuerdo nacional para
diseñar y aplicar una política económica sensata, que permita resolver los
problemas estructurales y de esa manera abrir espacio para el despliegue del
potencial productivo de nuestro país”.
Y
termina de resolver nuestra preocupación, apuntando a los caminos inmediatos: necesariamente
hay que hacer los ajustes personales en cuanto a rutinas y expectativas, para
sobrellevar sin traumas la inactividad forzada a la que estamos sometidos. Tales
ajustes deben ser consistentes con el hecho de que muchas cosas en nuestras
vidas no volverán a ser como eran antes de la pandemia.
MG- En este momento tenemos la convergencia de varias
crisis en un mismo espacio y tiempo ¿Cómo se podrá impulsar el regreso a la
normalidad en la Isla de Margarita?
MN- Cuando cesen las condiciones que perturban el flujo
de las interacciones humanas y de los procesos sociales de producción,
comenzará un ajuste progresivo a las nuevas circunstancias que dejará tras de
sí el cisne negro de esta insospechada experiencia. En un país deshecho
institucionalmente, fracturado emocionalmente y destruido económicamente, nos
corresponderá a los neoespartanos asumir, además de las personales, la
responsabilidad de definir y propiciar la “normalización” de una sociedad que
será más austera, más corresponsable, más consciente de sus potencialidades y
de sus limitaciones; o no será.
Para
ello será necesario que la sociedad civil se fortalezca a través de
organizaciones que sepan dedicarse a sus objetivos específicos y que sepan
cooperar entre sí, en la Venezuela pos-rentista y pos-coronavirus. En este
aspecto, la experiencia de modelaje y aprendizaje social producida por
Margarita Gastronómica, es un activo valiosísimo.
Ya está
claro que ningún gendarme bienintencionado, ni ningún caudillo mesiánico,
servirán como solución. Un tejido social denso y bien tramado es indispensable
para asegurar esa nueva normalidad. Demás está decir que también los partidos
políticos deben ser mejores. Esa es la tarea que está a nuestro alcance,
mientras llega el final de este régimen de opresión y destrucción.
MG- ¿Es posible que desde el punto de vista
gubernamental se disponga de un plan guía para normalizar la adaptación de
locales y establecimientos comerciales y de servicios así como apoyos para las
transformaciones que deberán ser acometidas por hoteles, posadas, restaurantes,
bares, cafés, centros comerciales, teatros y demás locales de auditorios
medianos y grandes?
MN- Sí es posible. En todo el mundo se están diseñando
políticas y protocolos específicos para enfrentar las consecuencias económicas
de la pandemia y para abordar el desescalamiento de las medidas que restringen
la movilidad de las personas, con el objeto de reactivar los procesos de
producción, distribución y consumo de bienes. En Nueva Esparta, dada la
situación de perturbación del orden institucional que genera la intromisión del
comisario político, esa posibilidad puede concretarse más rápidamente a partir
de la presión suficiente y adecuada por parte de los empresarios, grandes y
pequeños, a quienes las actuales circunstancias afectan directamente.
Pero
este tema debe ser abordado también desde una perspectiva de mediano y largo
plazo. Puesto que el turismo -eje fundamental de la economía insular- es uno de
los sectores más afectados por la recesión económica provocada por la Covid-19,
es imperativo que quienes ejercen responsabilidades a todos los niveles de
gobierno y las organizaciones empresariales de nuestra región, definan y
apliquen, bajo el enfoque de la gobernanza, acciones coordinadas que reactiven
el crecimiento e impulsen el desarrollo turístico sostenible.
LUIS
EDUARDO RODRIGUEZ
PRESIDENTE
CORPOTUR MARAGARITA
Desde los inicios
de nuestra organización el Lic. Luis Eduardo Rodríguez ha estado atento a las
actividades de nuestra organización pero más aún al impacto de nuestra
programación y la consecución de objetivos desde el punto de vista turístico.
Desde el sector privado y ahora en la dirección de Corpotur Margarita viene
articulando acciones que desde el punto gastronómico y turístico se entretejan con
los objetivos del plan de turismo sostenible que da eje transversal a la
gestión gubernamental del estado. El presidente
de Corpotur ha puesto en relieve una realidad, y es que la incidencia de la
pandemia en la entidad se traduce en una parálisis de casi 90% en la industria:
hoteles, líneas aéreas, recreación entre otras áreas.
En su cercanía al
sector turístico no deja de expresar su inquietud por el impacto social,
económico y social de la pandemia. Un impacto devastador, lo califica al tiempo
que advierte de las dificultades del proceso de
transición a la normalidad que lo supone lento y progresivo. En ese
sentido, advierte: “Los tiempos por venir deben, obligatoriamente, servir para
hacer reformulación de metas y reingeniería de estrategias, entre otras
acciones, para diseñar una hoja de ruta viable, consensuada y sostenible”.
Al igual que
Manuel Antonio Narváez y otros actores consultados en esta campaña, coinciden
en determinar el acuerdo nacional como un elemento fundamental para lograr
planes y programas que nos permitan salir airosos de la crisis y perseguir las
mejores vías para impulsar nuevamente el turismo en la Isla de Margarita.
Por ello, reitera
y es insistente en el tema. Cree que para impulsar el regreso a la normalidad
en la Isla de Margarita “hace falta el consenso de todos los actores, sin exclusiones”, dice. Entre todos, “suman
para el logro de la reactivación del sector y su gran aliado: la gastronomía.
Aprovechando la ocasión para evitar reincidir en los errores y omisiones del
pasado” apunta Rodríguez.
Sabemos de un plan
del sector privado para el reinicio y reinsertarse en el mercado turístico nacional,
primero. Es así como el sector privado, que es donde realmente descansa el
peso, diseña un protocolo para que en esta emergencia se mantengan los puestos
de trabajo con la mayor seguridad posible. “Todo pasa por un proceso de
reformulación de los modelos de negocios hasta ahora implementados. “Nuevos
tiempos, nuevos modelos”, termina diciendo.
DISEÑO,
RECOPILACIÓN Y EDICIÓN
MARGARITA
GASTRONÓMICA, 11 MAYO, 2020.
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