Esta es una de las
características de esta cocina que Pilar Cabrera tiene para los asiduos y
exploradores comensales que vienen a su casa a enterarse o renovar los sabores
que arropa en su cocina. Una cocina 0 kms, porque ni siquiera debe salir a
buscar sus ingredientes y con ellos, muchas veces arma el Menú de Timbre que
sirve con la inmensa frescura de los mares guardieros. Cangrejos, caracoles,
chipichipis, guacucos, mejillones, pescados y mariscos que forman parte de la
despensa marina irrebatible son los ingredientes iniciales de esta
propuesta.
Pilar, averiguadora, inquieta y
conversadora, se acerca a sus proveedores, vecinos, peor, pescadores y
productores inmediatos, para conocer y palpar de cerca las características de
sus ingredientes. Cada uno ha sido tocado, procesado, olido y aprendido cada
detalle de sus posibilidades y potencial. Echando mano de sus herramientas y
conocimientos los incorpora al recetario mundial o les valora desde la cocina
tradicional margariteña. Otras veces reinventa o recrea platos con productos
autóctonos. Otras, se deja llevar por la creatividad desbordante de tanta
inspiración. Y no es para menos, cada amanecer con esta despensa a su alrededor
o los atardeceres desde su terraza pueden llegar a enamorar para olvidar los
compromisos o la rutina cotidiana.