lunes, enero 31, 2022

HACIA LA ISLA MUSEO MAS IMPORTANTE DEL CARIBE

Voces, canto coral, mas de 37 géneros musicales, mas que en cualquier otro estado del país. Premios nacionales de pintura y escultura. Premios literarios, exitosos escritores, Nueva Esparta es el estado con mayor cantidad de premios culinarios por habitante en todo el país. Y también puede lograr ser el mayor museo de obras por kilómetro cuadrado del caribe. Pero poco valoramos lo que somos, lo que tenemos, lo que construimos. Preferimos muchas veces la critica y el desapego por lo que llaman los franceses, “les bas sentiments”.
 
“La relación intrínseca de la ciudad con el arte es parte de la sensibilización y humanización que debe aportar el tejido urbano al habitante. Una ciudad que vive de espaldas al ciudadano, al peatón, al habitante es una ciudad sin arraigo, sin pertenencias, sin apego. Una ciudad sin silencios, sin alegrías y sin paisaje”, escribía hace unos años en mi blog a propósito de la inauguración del maravilloso Museo Vial Jardín de Esculturas en la av. Luisa Cáceres de Arismendi.
 
Como profesional, diletante del arte y las distintas expresiones artísticas y culturales, he participado activamente en distintas áreas de promoción, difusión y desarrollo en nuestro estado Nueva Esparta. En todas, aliento el respeto e integración del lector, del consumidor de cultura, del ciudadano, del habitante a su apreciación y valoración como parte de la apropiación que debe surgir entre el arte y el habitante. Para valorar su impacto y calibrar su evaluación como una pieza que estará insertada a convivir en la ciudad, modificarla, aportarle, llenar el vacío urbano, construir ciudad. Me interesa mucho, como el artista aborda la lectura que la ciudad y el habitante puedan tener de ella, como dialogan, como se respetan. De allí que he sido además de un diletante, un afanado promotor, buscando ser un facilitador de ese intercambio imperecedero.
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Me tocó vivirlo en la implantación que se dio del Simposio Internacional de Esculturas acá en la Isla de Margarita en 2007 y del que, invitado por mi amigo, el escultor Humberto Cazorla, hice dupla con el arquitecto catalán Sergi Carrulla para aproximar y facilitar la instalación de esas piezas en el eje de bandejones de la avenida Luis Careces de Arismendi. Con los distintos patrones y parámetros para su implantación, y con rigurosas normas de visibilidad, aproximación, velocidad, identidad y señalización, establecimos un proyecto al que luego de distribuir piezas y conversar con los muy variados y multidisciplinarios artistas, nacionales e internacionales, se logró la instalación mas cercana a los patrones de tamaño, escala urbana, colores, elevación y materiales que se pudiera. Fueron delicadas y muy provechosas conversaciones con todos y cada uno de los artistas, unos maestros reconocidos a nivel internacional, otros comenzaban una destacada trayectoria que, al día de hoy, siguen creciendo y evolucionando.

De tal forma, que, así como en el pasado nos preocupamos por su implantación también levantamos la voz para la reflexión de los gobernantes, los dirigentes y el habitante, para entender que la ciudad, pensarla, planificarla, ayudar a construirla. Hoy hemos visto cómo un grupo de ciudadanos preocupados por el estado en el que se encuentran ese catalogo enorme de piezas escultóricas en todo el estado Nueva Esparta, que pueden sobrepasar las 55 piezas de gran escala y de un valor insospechado. Se han activado para darle visibilidad, valoración, comenzar a articular esfuerzos para la generación de tareas y actividades para su recuperación, restauración, mantenimiento o reinstalación de acuerdo a sus condiciones actuales. Mantener un parque de obras de mas de 55 piezas no es poca cosa. Y este grupo multidisciplinario de habitantes han destacado en principio La Perla de Margarita del maestro Jesús Soto, por ser emblemática del deterioro actual, por su visibilidad y por estar en una zona destacada para la ciudad y los visitantes de nuestra isla. Junte iniciativas, ideas y proyectos para empujar en la línea de saber qué hacer, acudir a los que saben, abrir el compás de consultas, preguntar, averiguar, evaluar, levantar un inicial inventario de piezas y comenzar a tocar puertas para su mantenimiento y preservación. Es hora ya que las instituciones gubernamentales estadales, tengan departamentos para su valoración, cuidado y mantenimiento, con personal capacitado y profesional en el tratamiento de piezas de alto valor y declaradas, algunas ya consideradas como patrimonio cultural de la nación.

A eso me avoco. A aportar, a valorar, a trabajar. A seguir impulsando el cuidado y preservación de los bienes artísticos, culturales y patrimoniales del estado. Piezas que son tan valiosas, aun cuando se nos derruyan en las manos por descuido o falta de mantenimiento o incluso por la no utilización de materiales apropiados para nuestras condiciones climáticas. Piezas que permanecen en su silencio urbano, distraídas del tráfico diario. Obras que sean de redes maestros universales o maestros margariteños de apreciación local. Obras que pueden haber sido no culminadas con los acabados o materiales precisos por falta de recursos pero que igualmente permanecen estoicas, resistiendo el olvido, el desprecio e incluso su desconocimiento hasta que pueda servir a los bajos sentimientos de quien hace bulla, más que aporta.

Prefiero darle importancia a lo sustantivo, a lo verdaderamente constructivo, a la facilitación del apego, la construcción amable del museo de nuestros afectos, para convertir definitivamente a la Ciudad en un lugar más vivo para vivir, antes que humano para sobrevivir... Vida, ciudad, arte y habitante integrados en una excelente oportunidad que ha sido el museo vial Jardín de Esculturas del 1er. Simposium Internacional de Esculturas Margarita 2.007 y todas las piezas que convierten a nuestra Isla de Margarita en un inmenso museo de arte, quizás el más importante del caribe. Es hora de trabajar todos juntos por él.
 
ARQ. FERNANDO ESCORCIA

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