Cada vez que uno regresa a los sitios que te dan placer, que tienen el significante del disfrute, aumenta nuestras endorfinas y se vuelve un día feliz. Y el disfrute culnario es uno de los que mayor placer nos da. Allí están puestos todos los sentidos y si a eso agregamos la compañía podemos conectar un grato momento. Pongamos también el agradable espacio, el servicio con una correcta atención en mesa que nos da una ecuación indefectiblemente directa al resultado del mayor placer. Entonces, la experiencia que buscamos se hace de mucho valor, pues nos ayuda a construir momentos que serán recordados con frecuencia. Todo un súmmum de elementos que inciden en nuestro gusto por el local, la comida y la atmosfera respirada, según lo relata la neurogastronomía.
En Arkana Gastrobar se puede
respirar un buen momento. Se impregna de frescura y alegría. Buen gusto en cada
detalle y en cada pieza de este restaurante. Un mantel, su vajilla, las copas,
la vestimenta de la brigada, las plantas como un elemento envolvente de
sutileza y frescor. La música escogida para los comensales y el horario. Y la
anfitrionía de Krishna Arenas, su propietaria, que disfruta y se aplica
celosamente en complacer sus visitantes. Un cuidado que va desde la escogencia
de ingredientes y productos, pasa por los guisos y preparaciones y llega hasta
la arquitectura de la mesa.