Ha llegado el mes en el que extrañamente la niebla se hace espesa. Luego del jolgorio y la celebración eterna, la certeza de estar sumidos en el desastre nacional, con pocas posibilidades de salir se cierne sobre nosotros ya no como una amenaza de enero sino como una sentencia, una certeza. Marzo ha despuntado con invasiones, expropiaciones, insultos, encarcelamientos, una amenaza nuclear y otras minucias que parecieran acontecen muy lejos de aquí. La caída del viaducto es solo una metáfora de lo que se nos desploma por dentro. Cuando el 4-D dimos ese furioso paso atrás generamos una asamblea unicolor que tiene infinitas posibilidades siguiendo al pie de la letra la agenda impuesta desde Palacio. Los gustos de la hegemonía son ahora deseos impuestos a todo el país. Torcer un caballo que aunque parezca ir en sentido contrario debe ir galopando a la izquierda. Poco les falto en colocar la hoz y el martillo, además del machete, el arco y la flecha en nuestro escudo. Es poco lo que se haga para halagar al poder. Nunca es suficiente para merecer su banquete y participar en su bacanal.
No conformes con superponer un país sobre el otro ahora cada polo tiene su escudo y su bandera. Nadie se asombre cuando tengamos otro canto nacional. Ya algunos hablan del “arriba el bravo pueblo” por aquello de lo golpista que es decir “abajo”. Que nadie se asombre de todo lo que viene. Esto es solo el comienzo. Otros se asombran al ver despuntar las dunas del medio oriente en pleno centro de Caracas. Ya el pesimismo asoma su hocico y muchos querían espantarlo en diciembre de 2.006. Ya no hay que esperar mucho. Su aliento pesado y asqueroso lo tenemos encima; incluso al dormir cuando aferrados al control remoto muchos rezan por una invasión o el regreso de un 12 de Abril.
En las encuestas ya comienzan a aparecer las interrogantes de las masas. En medio de estas terribles realidades, les vemos dibujárseles en sus rostros estupefactos el horror de la falta de contrapesos y controles. Un magnate en el poder con más de $ 50.000 millones anuales en el bolsillo. Apenas comenzamos a preguntarnos de la inutilidad de la abstención y ya comenzamos a elaborar un discurso arrastrado por los radicales y los extremistas quienes piensan que mejor es rendirnos, anunciar el descampado antes de iniciar la contienda. Una minoría vuelve a antojarse de no participar en nada. Una minoría. Una simple minoría que pretende abrogarse el mandato de 12 millones de personas que no votamos el 4-D. Un mandato que, bueno es decirlo, es de todos y de nadie.
El panorama luce velado. Oscuros intereses se mueven tras la cornisa. Muchos buscan participar sin dar la cara. Otros quieren presionar por retornar al imperio de los privilegiados. Mientras el Líder insulta a mansalva y se lanza al estrellato intergaláctico el país se sigue empobreciendo. Esa misma parte del país que sigue creyendo que en él residen las únicas posibilidades de conseguir un pedazo de la torta de nuestra riqueza. No lo afirmo yo, lo dicen todas las encuestas.
Y nosotros debatimos encarnizadamente como entender el país y sus posibles salidas. El pueblo conoce solo una y la sostiene. Lo involucran y el va; enceguecido, ingenuo y en medio de una gran ensoñación. Como quieran, pero el va. ¿Podremos convencerlo de una alternativa mejor? Marzo nos dice a esta hora que las salidas están bloqueadas. No se encienden ni las lámparas de emergencia. La oferta se anida en el tormentoso porvenir que pide a cambio nuestra invalorable libertad y la imperiosa necesidad de crear un mundo mas justo para todos. Marzo es una certeza. Enciendan una sonrisa antes que nos abrace la oscuridad.
No conformes con superponer un país sobre el otro ahora cada polo tiene su escudo y su bandera. Nadie se asombre cuando tengamos otro canto nacional. Ya algunos hablan del “arriba el bravo pueblo” por aquello de lo golpista que es decir “abajo”. Que nadie se asombre de todo lo que viene. Esto es solo el comienzo. Otros se asombran al ver despuntar las dunas del medio oriente en pleno centro de Caracas. Ya el pesimismo asoma su hocico y muchos querían espantarlo en diciembre de 2.006. Ya no hay que esperar mucho. Su aliento pesado y asqueroso lo tenemos encima; incluso al dormir cuando aferrados al control remoto muchos rezan por una invasión o el regreso de un 12 de Abril.
En las encuestas ya comienzan a aparecer las interrogantes de las masas. En medio de estas terribles realidades, les vemos dibujárseles en sus rostros estupefactos el horror de la falta de contrapesos y controles. Un magnate en el poder con más de $ 50.000 millones anuales en el bolsillo. Apenas comenzamos a preguntarnos de la inutilidad de la abstención y ya comenzamos a elaborar un discurso arrastrado por los radicales y los extremistas quienes piensan que mejor es rendirnos, anunciar el descampado antes de iniciar la contienda. Una minoría vuelve a antojarse de no participar en nada. Una minoría. Una simple minoría que pretende abrogarse el mandato de 12 millones de personas que no votamos el 4-D. Un mandato que, bueno es decirlo, es de todos y de nadie.
El panorama luce velado. Oscuros intereses se mueven tras la cornisa. Muchos buscan participar sin dar la cara. Otros quieren presionar por retornar al imperio de los privilegiados. Mientras el Líder insulta a mansalva y se lanza al estrellato intergaláctico el país se sigue empobreciendo. Esa misma parte del país que sigue creyendo que en él residen las únicas posibilidades de conseguir un pedazo de la torta de nuestra riqueza. No lo afirmo yo, lo dicen todas las encuestas.
Y nosotros debatimos encarnizadamente como entender el país y sus posibles salidas. El pueblo conoce solo una y la sostiene. Lo involucran y el va; enceguecido, ingenuo y en medio de una gran ensoñación. Como quieran, pero el va. ¿Podremos convencerlo de una alternativa mejor? Marzo nos dice a esta hora que las salidas están bloqueadas. No se encienden ni las lámparas de emergencia. La oferta se anida en el tormentoso porvenir que pide a cambio nuestra invalorable libertad y la imperiosa necesidad de crear un mundo mas justo para todos. Marzo es una certeza. Enciendan una sonrisa antes que nos abrace la oscuridad.
Publicado el 21 de Marzo, 2.006. Vespertino Tal Cual.
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