Hemos visitado
muchas cocinas y restaurantes en las que el fuego del ejercicio diario y el
modelo de negocio el chef juega varios roles y las del propietario que
interviene en menú y estilo, aunque hay otros en los que sin estar en cocina
llevan la dirección de la propuesta. En VIP500 Restaurant se conjugan varios
elementos que resaltaremos. En primer lugar, la presencia de un director de la
coreografía con experiencia en paladar y faena que sabe lo que quiere, cómo hacerlos,
practicante y de paladar curtido de ejercicio y travesías. Juan Carlos Buira
dirige este espacio de disfrute calmado, reservado y sobrio. Espacio ideal para
el disfrute sin sobresaltos del evento comida o el encuentro social. Escoge,
propone y arma la bitácora junto al chef José Guerrero, quien posee amplia
experiencia en fogones ibéricos y mesas asiáticos.
Un paseo que se inició con un correcto steak tartar, aunque a veces parece tan difícil de conseguir su equilibrio; langostinos crispys y una insospechadamente sabrosa ensalada thai de calamares pampatareños. Luego hicimos una parada asiática para reconocer la habilidad en el manejo de su difícil composición y preparación: Tokio roll (salmón, langostino, atún, aguacate y queso crema) y Srpingroll (Atún, cangrejo, salmón y lechuga), ambos en equilibrio y de reposado placer. A continuación llegamos a una estación a la que preferí dedicarle un aliento y un tiempo de disfrute por su sencillez y sobresaliente logro: mero dashi. El mero es de esos productos nobles y los cuales son tan difíciles de malograr, aunque se han visto casos… En esta presentación, nos acarició este mero a la cesta vapor dim sum con jengibre, cebollín y aceite de sésamo sobre cama de papas al vapor y espejo de soja y aceites vertidos en caliente sobre su corona. Un plato al que volvería con sorprendente regularidad. Nos decantamos luego por un risotto de alta factura con salmón en dos texturas. Y cerramos el paseo por un clásico estable y siempre apreciado en la mesa comercial: steak lomito pimienta, cumplidor y exacto. El paseo, aunque pudo haberse alargado en degustaciones, tuvo parada en pool de sweet-shoters que puede aligerar el reposo y la necesaria calma para el paladar: limón, parchita, chocolate y tres leches.
Habíamos
extendido el encuentro y la palabra se hizo presente para exaltar recuerdos y
anécdotas compartidas. Juan Carlos y Virginia son amigos de larga data, con
quienes hemos ido tejiendo el largo mapa de la familia escogida en este
territorio insular por tanto tiempo. Pujantes e incansables, ahora han armado
esta maquinaria aceitada de alimentos, bebidas y banquetes que estructura todo
el componente gastronómico del Hotel Margarita Real en Pampatar. Sin dejarse
vencer ante las insistentes dificultades de estos tiempos y en esta tierra, VIP
500 Restaurant, se mantiene con mesura y moderación como un enclave apacible y
discreto para el disfrute gastronómico de calidad y cuidado. Además, mantiene cuidados
biomédicos para garantizar un espacio seguro, sano y confiable a la hora de
sentarse y comer con tranquilidad y sin sobresaltos.
VIP 500 RESTAURANT
Hotel Margarita Real,
Pampatar.
@vip500club
De lunes a domingo,
almuerzos y cenas.
Espacios para celebraciones
familiares y corporativas.
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