Los vinos chilenos Kalfu, llegaron a los cálidos azules de la costa margariteña. En una presentación exquisita, auténtica y divertida llegaron desde los viñedos chilenos, de la mano del enólogo Alejandro Galáz de Ventisquero, nos entregó ambas piezas que navegaron desde el indomable pacífico hasta estas aguas perlíferas del Caribe venezolano.
Una inusitada travesía que guiaba un Sauvignon blanc Molu, de la fría zona costera de los viñedos de la zona del Huasco, Casablanca, Leyda y Lolol, conectando su frescura y cuerpo advirtiendo suficientemente su cuerpo moldeado por los aires marinos y el clima frío de la ventisca del Océano Pacífico.
Esta etiqueta
renombrada con el termino “Azul Profundo” mapuche, se entrelaza con el Pinot noir
de esta misma casa, con sorbos de elegancia y sobriedad, entrecruzando notas
frescas y limpias. Apreciamos vinos efectivamente alegres, cordiales y frutales,
apropiados para la identidad costera y caribeña de nuestra Isla de Margarita. Las
armonías presentadas en Margarita, estuvieron sencillas y acordes, sin
sobresaltos, aunque añoramos la conexión apropiada con la cocina margariteña y
su despensa.