BLOG DE FERNANDO ESCORCIA SOBRE GASTRONOMIA, MUSICA, ARQUITECTURA, IDEAS Y REFLEXION. JAZZ, CATAS Y CAFE. ISLA DE MARGARITA
20+ RECOMENDACIONES IMPERDIBLES MARGARITA 2023
sábado, diciembre 02, 2006
QUE PASARA EL DIA DESPUES DE MANAÑA
¿Que pensamos que nos ocurrirá el día después de mañana? Como es posible que hayamos llegado a pensar que mañana no hay mañana, que nuestro país se viene con fecha de caducidad. Que todo proceso histórico puede ser sustituido de cuajo como si fuera un vaso vacío sobre la mesa, como amantes ocasionales que al salir del motel ya mas nunca recordaran el número de habitación ni el sabor de sus besos.
Pensar que nuestra historia se hace de capítulos apartes, inconexos es ignorar que la vida es un eterno continuo de experiencias y hechos que se van desencadenando de acuerdo a lo que se haga o se deje de hacer.
Ningún país se da la espalda así mismo, ni mucho menos una parte pretende imponer a la otra mitad su modo de ver el mundo. Quienes lo han intentado han caído en el cuarto más oscuro que reserva la historia para ello.
Peor la tolerancia es la copa de la que debemos beber mas seguido incluso embebernos en esta oportunidad. Para comenzar a entender que el país no se acaba mañana, ni se divide el lunes 04 de diciembre, ni nos divorciamos, ni nos mataremos unos a otros. Aun queda mucha fe en nuestra alegría, nuestra sencilla e informal forma de vernos que esta vez se convierte en una enorme virtud como para no atacarnos ni herirnos.
A fuerza de esa alegría y ese humor, ese chalequeo constante, esa sagacidad para burlarnos de nosotros mismos que nos ha hecho sonreír y sentirnos orgullosos aun en los momentos mas terribles de nuestra historia, a fuerza de esa noble jocosidad y mamadera de gallo hemos aprendido a ser felices y huir de nuestras asperezas y sobrellevar las heridas.
Como dijo Churchill en sus memorias de la II Guerra Mundial: En la Guerra: determinación. En la Derrota: resistencia. En la Victoria: magnanimidad y en la Paz: conciliación. Los venezolanos, esa raza “viva la pepa”, jodedorsita y alebrestada, tambien va a permanecer aquí mientras sigamos vivos. Esa es la Venezuela que nos salvara el dia después de manana: es demasiado importante nuestro pais, lo queremos tanto como para pensar que el 03 de Diciembre se define la historia y se acaba la libertad y la democracia. Es demasiado simple y el venezolano es demasiado panchero para perder la oportunidad de seguir chalequeando al perdedor y cambiarlo por un color o un lider que se las tira del pipiri del salon. Hoy podemos decir: parafraseando a Churchill: En las elecciones: pesimismo. En los resultados: aceptación. En la ganancia: humildad y en la perdida: chalequeo. Asi somos.
Pensar que nuestra historia se hace de capítulos apartes, inconexos es ignorar que la vida es un eterno continuo de experiencias y hechos que se van desencadenando de acuerdo a lo que se haga o se deje de hacer.
Ningún país se da la espalda así mismo, ni mucho menos una parte pretende imponer a la otra mitad su modo de ver el mundo. Quienes lo han intentado han caído en el cuarto más oscuro que reserva la historia para ello.
Peor la tolerancia es la copa de la que debemos beber mas seguido incluso embebernos en esta oportunidad. Para comenzar a entender que el país no se acaba mañana, ni se divide el lunes 04 de diciembre, ni nos divorciamos, ni nos mataremos unos a otros. Aun queda mucha fe en nuestra alegría, nuestra sencilla e informal forma de vernos que esta vez se convierte en una enorme virtud como para no atacarnos ni herirnos.
A fuerza de esa alegría y ese humor, ese chalequeo constante, esa sagacidad para burlarnos de nosotros mismos que nos ha hecho sonreír y sentirnos orgullosos aun en los momentos mas terribles de nuestra historia, a fuerza de esa noble jocosidad y mamadera de gallo hemos aprendido a ser felices y huir de nuestras asperezas y sobrellevar las heridas.
Como dijo Churchill en sus memorias de la II Guerra Mundial: En la Guerra: determinación. En la Derrota: resistencia. En la Victoria: magnanimidad y en la Paz: conciliación. Los venezolanos, esa raza “viva la pepa”, jodedorsita y alebrestada, tambien va a permanecer aquí mientras sigamos vivos. Esa es la Venezuela que nos salvara el dia después de manana: es demasiado importante nuestro pais, lo queremos tanto como para pensar que el 03 de Diciembre se define la historia y se acaba la libertad y la democracia. Es demasiado simple y el venezolano es demasiado panchero para perder la oportunidad de seguir chalequeando al perdedor y cambiarlo por un color o un lider que se las tira del pipiri del salon. Hoy podemos decir: parafraseando a Churchill: En las elecciones: pesimismo. En los resultados: aceptación. En la ganancia: humildad y en la perdida: chalequeo. Asi somos.
martes, noviembre 21, 2006
La inmensa minoria y el aceite de oliva
Quiero dejar el aliento del pesimismo y atesorar el vaho de la esperanza. Y hasta he aprendido a caminar y respirar con un pañuelo en la nariz. Para votar solo se requiere la cedula y un poco de ilusión; de la que hemos ido perdiendo de a poco. Sumidos en nuestros gethos sociales también hemos perdido el roce con el resto del país. Para algunos que viven enclaustrados, temiendo la llegada de los “rojos” solo se asoman al mundo por la ventana del “mago de la cara de vidrio”. Viven atados a los determinismos que sabios opinadores mediáticos nos alertan en cambote. Victimas de temores sembrados ya no se atreven a creer ni en ellos mismos. Ni siquiera pueden huir de si mismos pues la apatía y el inmenso temor a perder los arrincona en sus hogares.
Y ese aislamiento nos ha dejado sembrados en el patio de las dudas. Bajo ese estado general de sospecha, como dijo Otaiza, ahora todos vivimos abrazados a nuestras almohadas sin ningún tipo de fe que nos salve o esperanza que nos aliente. Es el país de los aislados. Embebidos en la borracha temporada de los petrodólares bolivarianos navegamos en el elixir de la amnesia, queriendo pensar que el dia feliz esta por llegar, a la vuelta de la esquina y luego todo será diferente. Luego todos seremos felices. Luego, olvidaremos todo; caeremos y recaeremos como los eternos amantes desprevenidos en los moteles de nuestro olvido. La desmemoria debe vivir escondida en algún espejo de una habitación usada de hotel, en el mismo espejo cansado de repetir una y otra vez la misma escena censurada, dolida, oculta.
No hemos aprendido la lección. Cuando nos preguntamos por que tanto pobre y marginal vive el sueño fundido en la piel del desconsuelo olvidamos que a ellos mismos los excluimos desde siempre. Cuando preguntamos por nuestros derechos y desechamos el deber de proveer la igualdad de oportunidades; cuando reclamamos nuestra garantía constitucional a estar informado, a la libre expresión del pensamiento, a la televisión por cable, los autos importados, los viajes en aviones ultrasónicos, el reloj de ultima generación, el elixir de las highlands de mayoría de edad y nos importa un pito nuestros hermanos debajo de los puentes y así alentamos a aquel que piensa en su peculio y en su propio provecho mintiendo para vender el populismo que levante las esperanzas de los oprimidos. Cuando hablamos de ideas abstractas como la libertad y la igualdad ellos se abstraen y vuelven a sus reductos pues solo han conocido de alguien que los censó, les medio enseñó algunos derechos y les repartió un pedazo ínfimo de una torta que nunca habían probado. Cuando levantamos las brasas del odio y el rencor, del revanchismo y del pase de facturas desconocemos la simpleza de la democracia: hacer que las minorías sean felices y se sientan representadas en iguales condiciones que el resto del país. Gobernar para la mayoría es inmensamente fácil. Por ello un proyecto de país que no involucre a las minorías esta llamado al mas estruendoso de los fracasos. La historia es lenta, se sabe. El imperio romano tomó 500 años para saber el color de la decadencia y su derrota. Pero jamás podremos dormir en paz si se impone un esquema que nos divide y pretende imponer a carajazos una manera de ver el mundo.
Tenemos escasos días para medirnos y saber en que pedazo de país quedamos. Quizás para lamentarnos. Hoy creo firmemente que la lección no la hemos aprendido aun. Ese resabio de autócrata, de “vivalapepismo”, de atorrante y desbocado aun pervive en lo más profundo de todos y cada uno de nosotros. Un día escuché con sorpresa y sobresalto a una amiga encopetada: “el día que no pueda comprar mi aceite de oliva preferido me voy de Venezuela”. Juro que dan ganas de ser optimistas. Lo juro. Pero no. Mis lecturas del pais, se empecinan en decirme que no. No, por ahora. Creo que seguimos siendo una inmensa minoría. Y hoy, aquellos no son más que una escasa mayoría.
Y ese aislamiento nos ha dejado sembrados en el patio de las dudas. Bajo ese estado general de sospecha, como dijo Otaiza, ahora todos vivimos abrazados a nuestras almohadas sin ningún tipo de fe que nos salve o esperanza que nos aliente. Es el país de los aislados. Embebidos en la borracha temporada de los petrodólares bolivarianos navegamos en el elixir de la amnesia, queriendo pensar que el dia feliz esta por llegar, a la vuelta de la esquina y luego todo será diferente. Luego todos seremos felices. Luego, olvidaremos todo; caeremos y recaeremos como los eternos amantes desprevenidos en los moteles de nuestro olvido. La desmemoria debe vivir escondida en algún espejo de una habitación usada de hotel, en el mismo espejo cansado de repetir una y otra vez la misma escena censurada, dolida, oculta.
No hemos aprendido la lección. Cuando nos preguntamos por que tanto pobre y marginal vive el sueño fundido en la piel del desconsuelo olvidamos que a ellos mismos los excluimos desde siempre. Cuando preguntamos por nuestros derechos y desechamos el deber de proveer la igualdad de oportunidades; cuando reclamamos nuestra garantía constitucional a estar informado, a la libre expresión del pensamiento, a la televisión por cable, los autos importados, los viajes en aviones ultrasónicos, el reloj de ultima generación, el elixir de las highlands de mayoría de edad y nos importa un pito nuestros hermanos debajo de los puentes y así alentamos a aquel que piensa en su peculio y en su propio provecho mintiendo para vender el populismo que levante las esperanzas de los oprimidos. Cuando hablamos de ideas abstractas como la libertad y la igualdad ellos se abstraen y vuelven a sus reductos pues solo han conocido de alguien que los censó, les medio enseñó algunos derechos y les repartió un pedazo ínfimo de una torta que nunca habían probado. Cuando levantamos las brasas del odio y el rencor, del revanchismo y del pase de facturas desconocemos la simpleza de la democracia: hacer que las minorías sean felices y se sientan representadas en iguales condiciones que el resto del país. Gobernar para la mayoría es inmensamente fácil. Por ello un proyecto de país que no involucre a las minorías esta llamado al mas estruendoso de los fracasos. La historia es lenta, se sabe. El imperio romano tomó 500 años para saber el color de la decadencia y su derrota. Pero jamás podremos dormir en paz si se impone un esquema que nos divide y pretende imponer a carajazos una manera de ver el mundo.
Tenemos escasos días para medirnos y saber en que pedazo de país quedamos. Quizás para lamentarnos. Hoy creo firmemente que la lección no la hemos aprendido aun. Ese resabio de autócrata, de “vivalapepismo”, de atorrante y desbocado aun pervive en lo más profundo de todos y cada uno de nosotros. Un día escuché con sorpresa y sobresalto a una amiga encopetada: “el día que no pueda comprar mi aceite de oliva preferido me voy de Venezuela”. Juro que dan ganas de ser optimistas. Lo juro. Pero no. Mis lecturas del pais, se empecinan en decirme que no. No, por ahora. Creo que seguimos siendo una inmensa minoría. Y hoy, aquellos no son más que una escasa mayoría.
Publicado Sol de Margarita. 22 de Noviembre de 2.006
Tiritas pa' un corazon podrido
“Se le pudrió el corazón a Milosevic en el calabozo, una noticia interesante frente a la sospecha de que no tenía nada en el espacio intercostal que no fueran unas calaveras calcinadas”. Así lo ha escrito Carlos Raúl Hernández. Ha muerto uno de los más notables genocidas de la época uno de los tantos que ha conocido el mundo entero. Tanto allá como aquí. Hace apenas unos 30 años se instauraba por estas tierras del sur una camada de gorilas siguiendo una pavorosa tradición latinoamericana de golpes furiosos de derecha apoyados por el imperialismo norteamericano. Hace 30 años corren sangre en el recuerdo maltrecho de miles de familias argentinas. Huele a genitales cauterizados, a sangre seca en los labios, a mentadas amordazadas en la boca del estomago. Huele a la oscura fe ciega de los fanáticos. Malditos seguidores de los populismos y las hegemonías. Aquellas surgidas en la pesada bota militar derechista, en las ansias de poder de los poderosos y en las explotaciones encubiertas de la miseria humana. Otros sufrimos ya no al “carnicero de los Balcanes”, ya no “los gorilas argentinos”, ya no “al General Chapita” de los dominicanos. Ahora en pleno siglo XXI los venezolanos, auténticos y sabrosones gozamos de una autocracia pre-moderna. Una dictablanda surgida de una democradura. Un nuevo esquema político acariciado en la sublime ensoñación de los oprimidos.
Y es que estos procesos hegemónicos, sean de izquierda o de extrema derecha, siempre terminan por asfixiarse ellos mismos. Esto ha hecho que, si bien una de las leyes de la sociedad es que toda revolución se corrompe absolutamente con el tiempo, las revoluciones poscomunistas traen el corazón podrido desde la niñez.
Y el riesgo enorme es que esta supuesta revolución nacida en una extraña, curiosa e inefable mezcla de militares con izquierdosos, se nos sobrevenga en una locura fanática y atesorada en las arcas de los ingentes recursos petroleros que sostienen este sueño revolucionario. Ya no a modo del caribeño, realismo mágico y muy tropical estilacho de un soberbio y súper millonario presidente, democráticamente elegido, sino a modo de dictadorzuelo que en su ensoberbecido e intolerante estilo comienza a andar a grandes zancadas usando la bota que lleva por dentro protegido por leyes pret-a-porter, una libertad de expresión riesgosa y todos los poderes públicos arrodillados en Palacio. Ya ese cuento del respeto a la dignidad humana y a la distribución equitativa de la riqueza suena a teleculebrón. El pajonal de la corrupción ha sido encendido en la misma dirección en la que el ventilador de excrementos se dirige denunciando a los sacrificados del proceso. Todo proceso revolucionario necesita ofrendas. Ya no el hambre y la desnudez que reclama el Líder. Ya no la vendimia de “ser rico es malo” cuando se malogra la imagen y se maltrecha la honestidad familiar. Ahora se necesita otro tipo de sacrificio. La historia demuestra que el monopolio del poder en manos de uno sólo se hace para que genios y cretinos iluminados por la luz del pueblo, reorganicen el mundo a su imagen y semejanza. Y la primera revolución poscomunista triunfante nacida en nuestro país, lleva la impronta de la precocidad de ser uno de los regímenes más corruptos que se recuerden en América Latina. Y se pregunta uno: ¿Cuanto faltará para que se le pudra el corazón a esta revolución imberbe? Es mas, ¿quién se atreverá a ponerle curitas a ese corazón podrido?
Y es que estos procesos hegemónicos, sean de izquierda o de extrema derecha, siempre terminan por asfixiarse ellos mismos. Esto ha hecho que, si bien una de las leyes de la sociedad es que toda revolución se corrompe absolutamente con el tiempo, las revoluciones poscomunistas traen el corazón podrido desde la niñez.
Y el riesgo enorme es que esta supuesta revolución nacida en una extraña, curiosa e inefable mezcla de militares con izquierdosos, se nos sobrevenga en una locura fanática y atesorada en las arcas de los ingentes recursos petroleros que sostienen este sueño revolucionario. Ya no a modo del caribeño, realismo mágico y muy tropical estilacho de un soberbio y súper millonario presidente, democráticamente elegido, sino a modo de dictadorzuelo que en su ensoberbecido e intolerante estilo comienza a andar a grandes zancadas usando la bota que lleva por dentro protegido por leyes pret-a-porter, una libertad de expresión riesgosa y todos los poderes públicos arrodillados en Palacio. Ya ese cuento del respeto a la dignidad humana y a la distribución equitativa de la riqueza suena a teleculebrón. El pajonal de la corrupción ha sido encendido en la misma dirección en la que el ventilador de excrementos se dirige denunciando a los sacrificados del proceso. Todo proceso revolucionario necesita ofrendas. Ya no el hambre y la desnudez que reclama el Líder. Ya no la vendimia de “ser rico es malo” cuando se malogra la imagen y se maltrecha la honestidad familiar. Ahora se necesita otro tipo de sacrificio. La historia demuestra que el monopolio del poder en manos de uno sólo se hace para que genios y cretinos iluminados por la luz del pueblo, reorganicen el mundo a su imagen y semejanza. Y la primera revolución poscomunista triunfante nacida en nuestro país, lleva la impronta de la precocidad de ser uno de los regímenes más corruptos que se recuerden en América Latina. Y se pregunta uno: ¿Cuanto faltará para que se le pudra el corazón a esta revolución imberbe? Es mas, ¿quién se atreverá a ponerle curitas a ese corazón podrido?
Publicado Sol de Margarita. 04 de Abril de 2.006
La Conquista del Odio a lo Pinky y Cerebro
Todo parte de la idea de hacerle creer al pueblo lo mucho que recibir del líder, lo mucho que le debe, lo que eternamente le estará agradecido. E incluso, se le siembra a cambio, lo mucho que puede perder sino ejerce su libre, democrático y participativo derecho a odiar, con el mismo resentimiento con que él lo hace. Todo esto basado en la superposición de voluntades o de posturas. Se trata también de imponer la verdad de unos sobre otros. Es la siembra de verdades parciales por sobre los criterios de la otra parte del país. No importa el número, se trata de verdades impuestas.
La imposición de un pensamiento único pasa por la siembra de una sola verdad, la lucha de clases, una ideología, una historia re-escrita, el establecimiento de unos símbolos propios, el cambio de la imagen institucional de todos los organismos del Estado sin dejar de lado el arrasamiento de la disidencia, la comunicación de una sola verdad por encima del pensamiento variable como consecuencia de los controles de toda expresión artística o intelectual de signo contrario al establecido por el régimen. De allí que el cambio del escudo, la estrella adicional en el pabellón nacional, la unificación de los logotipos de las instituciones culturales, amen de la abolición de la educación religiosa y la confección de un poderoso aparato de control mediático son solo elementos que describen un feroz establecimiento de un estado autocrático e intolerante. Ese mismo estado que ha cancelado la posibilidad del debate pues el ámbito abierto del discurso crítico termina siendo un apoyo a las políticas pasadas.
El poder premoderno que ejerce el régimen sobre toda la sociedad se manifiesta en la siembra del odio de clases, la justificación del delito y la agresión, la impunidad en los delitos de intolerancia y en el amedrentamiento de los disidentes. Nunca antes un gobierno había ejercido sobre las clases populares tal manipulación para asentarles la tenebrosa e irremediable dependencia de sus beneficios, becas y misiones a cambio de sus favores electorales y sus placeres defensivos. Una suerte de prostitución social en la que el proxeneta decanta sus ingentes recursos en convencer a la mayor suma de venezolanos de recibir de esa forma lo que los demás derrocharon en la fiesta mas larga del siglo XX. Lo peor es que para seguir disfrutándolo deberán accionar las armas, electorales o bélicas, para seguir usufructuando los recursos que hoy llueven en forma de pozo petrolero explotado como lo hiciera Hussein hace algunos años.
Como quiera que los que intentan servirse de esto son los intolerantes, sabemos ahora que por esta vía también se robustecen las neodictaduras o las neoautocracias. Con la siembra del militarismo, la visión autoritaria, la inocultable persistencia en humillar al otro y la aborrecible conquista del odio en nuestros corazones. El combustible de todos los domingos que enciende la pradera. Ya no para torcer los terribles destinos atesorados por el imperialismo; la búsqueda del hombre nuevo o la construcción de un nuevo país. Se trata ahora de estar al borde del abismo al que nos han traído los entusiastas defensores del proceso ignorantes todos o cómplices de las trampas que tiende su líder en las ansias de conquistar el mundo a lo Pinky y Cerebro. La siembra del odio es solo una forma de entender el mundo, una manera de vengarse del pasado y evitar el sueño de merecer un mundo mejor. Todos merecemos convivir sin miedo y abrazados sin odios, dejando solo en las comiquitas esos seres atrasados y premodernos que hoy intentan conquistar el mundo… como todos los días.
La imposición de un pensamiento único pasa por la siembra de una sola verdad, la lucha de clases, una ideología, una historia re-escrita, el establecimiento de unos símbolos propios, el cambio de la imagen institucional de todos los organismos del Estado sin dejar de lado el arrasamiento de la disidencia, la comunicación de una sola verdad por encima del pensamiento variable como consecuencia de los controles de toda expresión artística o intelectual de signo contrario al establecido por el régimen. De allí que el cambio del escudo, la estrella adicional en el pabellón nacional, la unificación de los logotipos de las instituciones culturales, amen de la abolición de la educación religiosa y la confección de un poderoso aparato de control mediático son solo elementos que describen un feroz establecimiento de un estado autocrático e intolerante. Ese mismo estado que ha cancelado la posibilidad del debate pues el ámbito abierto del discurso crítico termina siendo un apoyo a las políticas pasadas.
El poder premoderno que ejerce el régimen sobre toda la sociedad se manifiesta en la siembra del odio de clases, la justificación del delito y la agresión, la impunidad en los delitos de intolerancia y en el amedrentamiento de los disidentes. Nunca antes un gobierno había ejercido sobre las clases populares tal manipulación para asentarles la tenebrosa e irremediable dependencia de sus beneficios, becas y misiones a cambio de sus favores electorales y sus placeres defensivos. Una suerte de prostitución social en la que el proxeneta decanta sus ingentes recursos en convencer a la mayor suma de venezolanos de recibir de esa forma lo que los demás derrocharon en la fiesta mas larga del siglo XX. Lo peor es que para seguir disfrutándolo deberán accionar las armas, electorales o bélicas, para seguir usufructuando los recursos que hoy llueven en forma de pozo petrolero explotado como lo hiciera Hussein hace algunos años.
Como quiera que los que intentan servirse de esto son los intolerantes, sabemos ahora que por esta vía también se robustecen las neodictaduras o las neoautocracias. Con la siembra del militarismo, la visión autoritaria, la inocultable persistencia en humillar al otro y la aborrecible conquista del odio en nuestros corazones. El combustible de todos los domingos que enciende la pradera. Ya no para torcer los terribles destinos atesorados por el imperialismo; la búsqueda del hombre nuevo o la construcción de un nuevo país. Se trata ahora de estar al borde del abismo al que nos han traído los entusiastas defensores del proceso ignorantes todos o cómplices de las trampas que tiende su líder en las ansias de conquistar el mundo a lo Pinky y Cerebro. La siembra del odio es solo una forma de entender el mundo, una manera de vengarse del pasado y evitar el sueño de merecer un mundo mejor. Todos merecemos convivir sin miedo y abrazados sin odios, dejando solo en las comiquitas esos seres atrasados y premodernos que hoy intentan conquistar el mundo… como todos los días.
Publicado Sol de Margarita. 25 de Abril, 2.006.
Marzo es una certeza
Ha llegado el mes en el que extrañamente la niebla se hace espesa. Luego del jolgorio y la celebración eterna, la certeza de estar sumidos en el desastre nacional, con pocas posibilidades de salir se cierne sobre nosotros ya no como una amenaza de enero sino como una sentencia, una certeza. Marzo ha despuntado con invasiones, expropiaciones, insultos, encarcelamientos, una amenaza nuclear y otras minucias que parecieran acontecen muy lejos de aquí. La caída del viaducto es solo una metáfora de lo que se nos desploma por dentro. Cuando el 4-D dimos ese furioso paso atrás generamos una asamblea unicolor que tiene infinitas posibilidades siguiendo al pie de la letra la agenda impuesta desde Palacio. Los gustos de la hegemonía son ahora deseos impuestos a todo el país. Torcer un caballo que aunque parezca ir en sentido contrario debe ir galopando a la izquierda. Poco les falto en colocar la hoz y el martillo, además del machete, el arco y la flecha en nuestro escudo. Es poco lo que se haga para halagar al poder. Nunca es suficiente para merecer su banquete y participar en su bacanal.
No conformes con superponer un país sobre el otro ahora cada polo tiene su escudo y su bandera. Nadie se asombre cuando tengamos otro canto nacional. Ya algunos hablan del “arriba el bravo pueblo” por aquello de lo golpista que es decir “abajo”. Que nadie se asombre de todo lo que viene. Esto es solo el comienzo. Otros se asombran al ver despuntar las dunas del medio oriente en pleno centro de Caracas. Ya el pesimismo asoma su hocico y muchos querían espantarlo en diciembre de 2.006. Ya no hay que esperar mucho. Su aliento pesado y asqueroso lo tenemos encima; incluso al dormir cuando aferrados al control remoto muchos rezan por una invasión o el regreso de un 12 de Abril.
En las encuestas ya comienzan a aparecer las interrogantes de las masas. En medio de estas terribles realidades, les vemos dibujárseles en sus rostros estupefactos el horror de la falta de contrapesos y controles. Un magnate en el poder con más de $ 50.000 millones anuales en el bolsillo. Apenas comenzamos a preguntarnos de la inutilidad de la abstención y ya comenzamos a elaborar un discurso arrastrado por los radicales y los extremistas quienes piensan que mejor es rendirnos, anunciar el descampado antes de iniciar la contienda. Una minoría vuelve a antojarse de no participar en nada. Una minoría. Una simple minoría que pretende abrogarse el mandato de 12 millones de personas que no votamos el 4-D. Un mandato que, bueno es decirlo, es de todos y de nadie.
El panorama luce velado. Oscuros intereses se mueven tras la cornisa. Muchos buscan participar sin dar la cara. Otros quieren presionar por retornar al imperio de los privilegiados. Mientras el Líder insulta a mansalva y se lanza al estrellato intergaláctico el país se sigue empobreciendo. Esa misma parte del país que sigue creyendo que en él residen las únicas posibilidades de conseguir un pedazo de la torta de nuestra riqueza. No lo afirmo yo, lo dicen todas las encuestas.
Y nosotros debatimos encarnizadamente como entender el país y sus posibles salidas. El pueblo conoce solo una y la sostiene. Lo involucran y el va; enceguecido, ingenuo y en medio de una gran ensoñación. Como quieran, pero el va. ¿Podremos convencerlo de una alternativa mejor? Marzo nos dice a esta hora que las salidas están bloqueadas. No se encienden ni las lámparas de emergencia. La oferta se anida en el tormentoso porvenir que pide a cambio nuestra invalorable libertad y la imperiosa necesidad de crear un mundo mas justo para todos. Marzo es una certeza. Enciendan una sonrisa antes que nos abrace la oscuridad.
No conformes con superponer un país sobre el otro ahora cada polo tiene su escudo y su bandera. Nadie se asombre cuando tengamos otro canto nacional. Ya algunos hablan del “arriba el bravo pueblo” por aquello de lo golpista que es decir “abajo”. Que nadie se asombre de todo lo que viene. Esto es solo el comienzo. Otros se asombran al ver despuntar las dunas del medio oriente en pleno centro de Caracas. Ya el pesimismo asoma su hocico y muchos querían espantarlo en diciembre de 2.006. Ya no hay que esperar mucho. Su aliento pesado y asqueroso lo tenemos encima; incluso al dormir cuando aferrados al control remoto muchos rezan por una invasión o el regreso de un 12 de Abril.
En las encuestas ya comienzan a aparecer las interrogantes de las masas. En medio de estas terribles realidades, les vemos dibujárseles en sus rostros estupefactos el horror de la falta de contrapesos y controles. Un magnate en el poder con más de $ 50.000 millones anuales en el bolsillo. Apenas comenzamos a preguntarnos de la inutilidad de la abstención y ya comenzamos a elaborar un discurso arrastrado por los radicales y los extremistas quienes piensan que mejor es rendirnos, anunciar el descampado antes de iniciar la contienda. Una minoría vuelve a antojarse de no participar en nada. Una minoría. Una simple minoría que pretende abrogarse el mandato de 12 millones de personas que no votamos el 4-D. Un mandato que, bueno es decirlo, es de todos y de nadie.
El panorama luce velado. Oscuros intereses se mueven tras la cornisa. Muchos buscan participar sin dar la cara. Otros quieren presionar por retornar al imperio de los privilegiados. Mientras el Líder insulta a mansalva y se lanza al estrellato intergaláctico el país se sigue empobreciendo. Esa misma parte del país que sigue creyendo que en él residen las únicas posibilidades de conseguir un pedazo de la torta de nuestra riqueza. No lo afirmo yo, lo dicen todas las encuestas.
Y nosotros debatimos encarnizadamente como entender el país y sus posibles salidas. El pueblo conoce solo una y la sostiene. Lo involucran y el va; enceguecido, ingenuo y en medio de una gran ensoñación. Como quieran, pero el va. ¿Podremos convencerlo de una alternativa mejor? Marzo nos dice a esta hora que las salidas están bloqueadas. No se encienden ni las lámparas de emergencia. La oferta se anida en el tormentoso porvenir que pide a cambio nuestra invalorable libertad y la imperiosa necesidad de crear un mundo mas justo para todos. Marzo es una certeza. Enciendan una sonrisa antes que nos abrace la oscuridad.
Publicado el 21 de Marzo, 2.006. Vespertino Tal Cual.
Enero es una amenaza
Hemos llegado al borde del abismo y nadie lo quiere reconocer. Es diciembre y como siempre queremos olvidar rápidamente los errores y fracasos para internarnos en un mes de celebración, parranda y bochinche. Imposible huir hacia adelante. Nuevamente nos inunda el síndrome de las Naves Quemadas. Presuponemos que este diciembre es el último que viviremos en peligro. Pierdan cuidado, los próximos meses serán peores. Botaremos la casa por la ventana. Compraremos estrenos y propiedades, antes que perdamos el privilegio de escoger lo que quisiéramos. Incluso, nos limitaremos a bebernos las utilidades. Es el principio del fin. Luego de enero ya nada será igual. Mejor embriagarnos antes de enfrentar nuestras realidades. Mejor enajenarnos que vivir nuestros días incursos en el delito del realismo.
No huimos de nada que no viva en nosotros. Imposible escapar dentro de nosotros mismos. El mal se ha incubado en nosotros hace siglos. El 1 de enero no será un 12 de abril. Todos y cada uno de nosotros soñamos con vivir un eterno 12 de abril. Para cuando nos demos cuenta del grabe error de la abstención del 4 de diciembre pasado, por allá por el mes de marzo si acaso, ya será demasiado tarde para ser felices. Incluso nos daremos cuenta que perdimos demasiado a cambio de tan poco.
Al contrario de lo que nos decía el tecnólogo popular José Luís Zambrano, hemos dejado que se nos cierre el sol a mediodía. Hemos dejado que se apropien de nuestras instituciones, nuestras entidades. Hemos dejado que nuestros derechos sean manipulados. Hemos dejado en manos sectarias y autoritarias parte de nuestra esencia republicana y democrática. En estos momentos nuestras más importantes instituciones no son democráticas. No dejan espacios a la Justicia y la Libertad. Para reconstruirlas hay que, como dice el padre Ugalde, dejar de creer que los venezolanos somos idiotas. Pues por una parte, desde el oficialismo se nos intenta humillar y segregar, someter y dominar; mientras que en la dirigencia de la oposición persiste el terrible mal de la imposibilidad de defender nuestro derecho del voto. No han sido capaces de defender la institución del voto. En cambio nos enseñaron a dudar y a renunciar, en vez de defender el derecho universal del sufragio.
Uno y otro han cavado este oscuro foso en el que nos encontramos. Y nosotros no somos más inocentes por denunciarlo o callarlo. Todos hemos vivido al amparo de quienes creen tener capacidad para dirigirnos y le hemos creído. Hasta hemos votado por ellos, caramba. Aunque tarde, se impone una profunda reflexión en nosotros. Conociéndonos, el mes de diciembre no brinda posibilidad alguna para ello. Para cuando regresemos a nuestra inevitable realidad, en unas semanas, ojala no sea tarde para tratar de reparar los entuertos. Ya casi enero es una amenaza. Que nadie espere un nuevo abril. El poeta Eliot, sin saberlo en el siglo pasado ya nos lo dijo. Abril es el mes más cruel.
No huimos de nada que no viva en nosotros. Imposible escapar dentro de nosotros mismos. El mal se ha incubado en nosotros hace siglos. El 1 de enero no será un 12 de abril. Todos y cada uno de nosotros soñamos con vivir un eterno 12 de abril. Para cuando nos demos cuenta del grabe error de la abstención del 4 de diciembre pasado, por allá por el mes de marzo si acaso, ya será demasiado tarde para ser felices. Incluso nos daremos cuenta que perdimos demasiado a cambio de tan poco.
Al contrario de lo que nos decía el tecnólogo popular José Luís Zambrano, hemos dejado que se nos cierre el sol a mediodía. Hemos dejado que se apropien de nuestras instituciones, nuestras entidades. Hemos dejado que nuestros derechos sean manipulados. Hemos dejado en manos sectarias y autoritarias parte de nuestra esencia republicana y democrática. En estos momentos nuestras más importantes instituciones no son democráticas. No dejan espacios a la Justicia y la Libertad. Para reconstruirlas hay que, como dice el padre Ugalde, dejar de creer que los venezolanos somos idiotas. Pues por una parte, desde el oficialismo se nos intenta humillar y segregar, someter y dominar; mientras que en la dirigencia de la oposición persiste el terrible mal de la imposibilidad de defender nuestro derecho del voto. No han sido capaces de defender la institución del voto. En cambio nos enseñaron a dudar y a renunciar, en vez de defender el derecho universal del sufragio.
Uno y otro han cavado este oscuro foso en el que nos encontramos. Y nosotros no somos más inocentes por denunciarlo o callarlo. Todos hemos vivido al amparo de quienes creen tener capacidad para dirigirnos y le hemos creído. Hasta hemos votado por ellos, caramba. Aunque tarde, se impone una profunda reflexión en nosotros. Conociéndonos, el mes de diciembre no brinda posibilidad alguna para ello. Para cuando regresemos a nuestra inevitable realidad, en unas semanas, ojala no sea tarde para tratar de reparar los entuertos. Ya casi enero es una amenaza. Que nadie espere un nuevo abril. El poeta Eliot, sin saberlo en el siglo pasado ya nos lo dijo. Abril es el mes más cruel.
Publicado 21 de Diciembre de 2.005. Vespertino Tal Cual. Caracas
BALIZAJE. La Revolucion que me incluye segun mis amigos
Dice Milan Kundera que existe una tremenda confusión entre los seguidores del socialismo en el mundo y quienes lo atacan. “A los que creen que los regímenes comunistas (…) son exclusivamente producto de seres criminales, se les escapa una cuestión esencial: los que crearon estos regímenes fueron los entusiastas, convencidos de que habían descubierto el único camino que conduce al paraíso”.
Y es que este proceso de la nueva izquierda o nuevo socialismo, lleno de muchos matices que pinta la geografía política de nuestro continente también quieren convertirlo en un nuevo y esperanzador camino hacia el paraíso. Incluso muchos se empeñan en encontrar en esta vía la única posible, la ultima posibilidad, la reivindicación de los oprimidos, la igualitarización a tabla raza. Y esto tiene mucho de posible en quienes, frustrados en las décadas pasadas, creen haber perdido la posibilidad de ver un mundo mas justo, un planeta embellecido por la igualdad de oportunidades para todos los seres humanos y una justa distribución de la riqueza, un igualitario acceso a la educación, las ciencias, las tecnologías y al conocimiento. Un mundo que en definitiva nos ofrezca un futuro mas parecido a lo que todos queremos.
Pero olvidan mis queridos amigos que ni este es el fin del mundo ni estos personajes los auténticos interpretes de un mundo justo y posible. No porque lleguemos a los duros años de la madurez y pensemos que cualquier descocado atrabiliario y populista militarista levante las banderas caídas hace tiempo, ese será entonces la ultima salida posible para acercarnos al mundo que hemos soñado.
Una revolución que se construye sobre la mentira –como instrumento de lucha-, las complicidades, los negociados. Una revolución que se guarda para la guerra. Se basa en el odio y el resentimiento. Un proceso que no respeta la dialéctica ni el disenso. Destruye la tolerancia y aniquila al adversario: silenciándolo, censurándolo, apresándolo. Un proceso sin fuerza intelectual sino las antiguallas que vienen detrás del Muro de Berlín. Un proceso mezquino, irracional y segregacionista, basado en el odio para matar, en vez del amor para construir. Una revolución que mantiene encantada, como no, a una mitad del país; no obstante quiere imponer sus criterios a martillazo y bozal a la otra mitad. Una revolución que esto sea, no puede involucrarme. Un proceso que mitigue la sed de venganza de los que poco han tenido, tampoco me nombra. Una revolución que tuerce los caminos de la pobreza para maquillarla y adocenarla es imposible que me incluya. Una revolución de factura autoritaria y militarista puede ser cualquier cosa menos una salida. Aquellos que siguen la Gran Marcha pueden estar en paz con sus sueños. Yo prefiero estar en paz con mi conciencia.
Y es que este proceso de la nueva izquierda o nuevo socialismo, lleno de muchos matices que pinta la geografía política de nuestro continente también quieren convertirlo en un nuevo y esperanzador camino hacia el paraíso. Incluso muchos se empeñan en encontrar en esta vía la única posible, la ultima posibilidad, la reivindicación de los oprimidos, la igualitarización a tabla raza. Y esto tiene mucho de posible en quienes, frustrados en las décadas pasadas, creen haber perdido la posibilidad de ver un mundo mas justo, un planeta embellecido por la igualdad de oportunidades para todos los seres humanos y una justa distribución de la riqueza, un igualitario acceso a la educación, las ciencias, las tecnologías y al conocimiento. Un mundo que en definitiva nos ofrezca un futuro mas parecido a lo que todos queremos.
Pero olvidan mis queridos amigos que ni este es el fin del mundo ni estos personajes los auténticos interpretes de un mundo justo y posible. No porque lleguemos a los duros años de la madurez y pensemos que cualquier descocado atrabiliario y populista militarista levante las banderas caídas hace tiempo, ese será entonces la ultima salida posible para acercarnos al mundo que hemos soñado.
Una revolución que se construye sobre la mentira –como instrumento de lucha-, las complicidades, los negociados. Una revolución que se guarda para la guerra. Se basa en el odio y el resentimiento. Un proceso que no respeta la dialéctica ni el disenso. Destruye la tolerancia y aniquila al adversario: silenciándolo, censurándolo, apresándolo. Un proceso sin fuerza intelectual sino las antiguallas que vienen detrás del Muro de Berlín. Un proceso mezquino, irracional y segregacionista, basado en el odio para matar, en vez del amor para construir. Una revolución que mantiene encantada, como no, a una mitad del país; no obstante quiere imponer sus criterios a martillazo y bozal a la otra mitad. Una revolución que esto sea, no puede involucrarme. Un proceso que mitigue la sed de venganza de los que poco han tenido, tampoco me nombra. Una revolución que tuerce los caminos de la pobreza para maquillarla y adocenarla es imposible que me incluya. Una revolución de factura autoritaria y militarista puede ser cualquier cosa menos una salida. Aquellos que siguen la Gran Marcha pueden estar en paz con sus sueños. Yo prefiero estar en paz con mi conciencia.
BALIZAJE. El Ozzie que todos llevamos por dentro
“Aquí vamos, mi amigo.. ¡empeorando satisfactoriamente!”
Beltrán Alfaro
Beltrán Alfaro
Sin mucho análisis psicoanalítico o sociológico hemos de entender y aceptar que mucho de lo que vivimos hoy los venezolanos en parte tiene su asidero en nuestra propia forma de ser. Dicharacheros, amantes de la rumba eterna y el bochinche. Somos fiesta y jolgorio. Diletantes enfebrecidos de la irresponsabilidad y el asueto. Amantes fieles de la pachanga y el “vivalapepismo”. Nos apasiona escurrir el bulto y dejar para pasado mañana lo que pudiéramos hacer mañana. Esa entrega total a las decisiones pospuestas o traspasadas. Nunca aquí la determinación. Por intermedia persona podremos permanecer atados a los tiempos del que decida.
Pero es que además de eso nos encanta un hombre dicharachero. Un líder más bien apabullante aunque a veces parezca incoherente. No nos interesa si es probo y honesto. Eso no es lo importante. Lo que nos importa es que grite duro (verdades o mentiras, pero gritos al fin), fuerte, recio. Que ofenda, que sea irreverente, que blasfeme, incluso. Que derrita las masas enristrando argumentos al vuelo tratando de ofender a quienes detentan el poder.
Desde mi niñez, recuerdo una frase que de labios de muchas personas mayores brotaba con frecuente facilidad: “¡Aquí lo que falta es gobierno!. Aquí lo que falta es autoridá...!” Esta frase es sencilla pero delatadora de nuestra propia identidad autoritaria, igualmente denota nuestro afán por conseguir un ente supremo que decida por nosotros, que imparta, que determiné... que prohíba. Un líder que nos salve y, obviamente, nos permita el jueguito de lotería, el béisbol, el 5 y 6, las cervecitas de fin de semana (¡mínime!) y que nos deje coger o que nos ponga donde “haiga”.
Todo esto es parte del coctel que pervive hoy día en nosotros. Porque lo que vivimos hoy no es un aquel, no es un otro. Es ese que manda que nos une como gentilicio y nos representa, y para que ese otro abandone los altos destinos de nuestro país, deberá irse dentro de nosotros mismos ese referente de demagogia, militarismo, autoritaristo, autocratismo, desapego a las leyes y todos nuestros horrores colectivos amasados en la intimidad y la certidumbre de nuestra identidad nacional.
Para que podamos seguir andando por el mejor camino deberá supervivir la sensatez y la razón. El trabajo y la nobleza. El esfuerzo y el ejemplo. El resultado de las mejores batallas ganadas con tesón, con trabajo, sacrificio y coherencia. Hoy cuando un venezolano levanta un hermoso trofeo en el exterior y abrazado a nuestro pabellón patrio, grita: ¡Viva Venezuela! ¡Viva Chávez! Nos damos cuenta que él también representa todo lo que somos los venezolanos; toda la guerra que debemos desatar los venezolanos en nosotros mismos. Guillén es parte de lo que amamos y odiamos en Chávez. Es nuestro yo. Nuestro envés. Cara y sello de nuestra moneda. Guillén es ese que amamos y no nos gusta admitirlo.
BALIZAJE. Antipolitica entre comicos y bufones
Entre cómicos y bufones, así se nos van estos atribulados días de mitad de año. Desde que una Miss Universo quiso hacerse con la silla de Miraflores, pasando por El Brujo y llegando hoy a la enloquecida fiebre que ha desatado la candidatura de un cómico a la presidencia de nuestro país, nos hemos dado cuenta que estamos comenzando a revolvernos en nuestro propio charco.
En condiciones normales un país puede sobrevivir a una locura como esa. En las condiciones actuales es sencillamente un salto al vacío. Y la gente lo ve con esa simpleza con la vemos nuestra vida. Aderezados con whisky 18 años nuestro país se hunde en la bacanal que nos hace sauditas mientras padecemos la borrachera de los petrodólares mientras nuestro líder se pasea por el mundo chequera en mano, tratando de salvar el mundo.
Estamos en manos de fenómenos electorales. Hace algún tiempo el humorista y artista plástico Pedro León Zapata se lanzo a la presidencia, pero cuando comenzó a aparecer en las encuestas decidió que ya era tiempo de retirarse pues un país que escoja a un humorista como presidente ya deja de ser un país serio. Y el humor es una cosa muy seria para dejárselo a los políticos, eso es verdad.
Ahora puede ser que veamos a este cómico candidato o candidato cómico como una manera de joderle la vida a quien nos ha estado mamando el gallo desde hace siete años apoltronado en la deseada silla de Palacio. Puede ser que sea hora que nos burlemos de ellos, de quienes se ríen del pueblo desde las esferas del poder. Llevamos 20 años bailando la música que nos tocan los políticos irresponsables, esos que nos metieron el Decreto de Pedro El Breve por el pecho y los mismos que nos vendieron el paro como una salida. De los mismos que antes como ahora ven en este “monárquico” candidato una salida a la crisis, un outsider, una vía para escapar de los problemas que agobian nuestra democracia, un negrito que viene de abajo y que tiene el pelo malo como el Rey. O los otros, los que no tienen capacidad sino para reírse en el circo que cada domingo se levanta en cualquier pueblo del territorio nacional. Nos ofrecen centro de lomito y whisky, una Hummer o un Audi y corremos a abrazar al que “quien sabe y le echa una vaina al que te conte”. Es este país de locos, en el que nadie entiende nada. Antes al menos el Rey tenía sus poetas, sus pintores y sobre todo sus bufones que le hacían reír. En este país esta todo al revés. Los políticos se quedan sin trabajo y los cómicos se van al palacio para hacer reír al pueblo. La antipolitica sin bases, sin maquinarias, sin partidos, en fin, sin gente. El problema es que ya en el palacio hay bufones y saltimbanquis que regularmente nos hacen pegar unas carcajadas y a veces también nos asustan. Ya nuestra salida se ha vuelto un asunto ludico, un “vamos a ver y quien sabe”. Como lo dijo Camilo Jose Cela, “no es lo mismo esta dormido que durmiendo. Como tampoco es lo mismo estar jodido que estar jodiendo”.
En condiciones normales un país puede sobrevivir a una locura como esa. En las condiciones actuales es sencillamente un salto al vacío. Y la gente lo ve con esa simpleza con la vemos nuestra vida. Aderezados con whisky 18 años nuestro país se hunde en la bacanal que nos hace sauditas mientras padecemos la borrachera de los petrodólares mientras nuestro líder se pasea por el mundo chequera en mano, tratando de salvar el mundo.
Estamos en manos de fenómenos electorales. Hace algún tiempo el humorista y artista plástico Pedro León Zapata se lanzo a la presidencia, pero cuando comenzó a aparecer en las encuestas decidió que ya era tiempo de retirarse pues un país que escoja a un humorista como presidente ya deja de ser un país serio. Y el humor es una cosa muy seria para dejárselo a los políticos, eso es verdad.
Ahora puede ser que veamos a este cómico candidato o candidato cómico como una manera de joderle la vida a quien nos ha estado mamando el gallo desde hace siete años apoltronado en la deseada silla de Palacio. Puede ser que sea hora que nos burlemos de ellos, de quienes se ríen del pueblo desde las esferas del poder. Llevamos 20 años bailando la música que nos tocan los políticos irresponsables, esos que nos metieron el Decreto de Pedro El Breve por el pecho y los mismos que nos vendieron el paro como una salida. De los mismos que antes como ahora ven en este “monárquico” candidato una salida a la crisis, un outsider, una vía para escapar de los problemas que agobian nuestra democracia, un negrito que viene de abajo y que tiene el pelo malo como el Rey. O los otros, los que no tienen capacidad sino para reírse en el circo que cada domingo se levanta en cualquier pueblo del territorio nacional. Nos ofrecen centro de lomito y whisky, una Hummer o un Audi y corremos a abrazar al que “quien sabe y le echa una vaina al que te conte”. Es este país de locos, en el que nadie entiende nada. Antes al menos el Rey tenía sus poetas, sus pintores y sobre todo sus bufones que le hacían reír. En este país esta todo al revés. Los políticos se quedan sin trabajo y los cómicos se van al palacio para hacer reír al pueblo. La antipolitica sin bases, sin maquinarias, sin partidos, en fin, sin gente. El problema es que ya en el palacio hay bufones y saltimbanquis que regularmente nos hacen pegar unas carcajadas y a veces también nos asustan. Ya nuestra salida se ha vuelto un asunto ludico, un “vamos a ver y quien sabe”. Como lo dijo Camilo Jose Cela, “no es lo mismo esta dormido que durmiendo. Como tampoco es lo mismo estar jodido que estar jodiendo”.
BALIZAJE. Exegesis del crossover socialista (o el proceso en la granja de Juan)
Lo tuyo es mío y lo mío es mío. Bajo esta premisa debemos sostener nuestras libertades. Seria algo así como el socialismo a la venezolana, pero al revés. La autentica democratización de capital estatal, el usufructo de la renta petrolera repartida en partes iguales o al menos en becas o misiones distribuidas entre la mayor cantidad de venezolanos de acuerdo a sus acercamientos. Si por ejemplo, solo podemos extraer de ellos su voto pues tendrá menos derecho a disfrutar que el que se ha dedicado a creer en los sembradíos organoponicos en avenidas y calles de nuestras ciudades. Otros obtendrán mas o menos si vienen de la magnifica experiencia del gallinero vertical, el kit del conuco o de la Misión Vuelvan Caras. También podremos concebir un afianzamiento de las teorías de la solidaridad y el cooperativismo, tratando de abolir la posibilidad de la acumulación de riquezas e incluso la posibilidad de abordar el mercado con el excedente de producción. No existirá el lucro por lo tanto, no existirá la acumulación ni las diferencias sociales; ergo, no podrá ni comprarse un automóvil ni una casita. Esas serán taras arrastradas del imperialismo: sin techo, desnudos y sin zapatos pero defendiendo al estado autoritario que reparte a cada quien de acuerdo a sus gustos.
Puede que algunos obtengan recursos como para poder abstraerse del fondo socialista y tener en casa decodificadores de televisión por cable, vehículos producidos por el Imperio y hasta computadoras y tocadores de música alienante venida del neoliberalismo salvaje. Puede que hasta gusten del “guesgue beata” y el champaña. Son sacrificios que se permiten en esta fase del (perdonen la expresión) “cross-over” hacia el socialismo del siglo XXI. El comunismo personalizado da para esto y hasta para dejar de producir por el país con tal de no entregar la plusvalía a los cachorros del neoliberalismo salvaje. Para ello el Papa-Estado reparte la renta entre nosotros sus eternos agradecidos.
Entre otras cosas, tampoco se puede olvidar el tema de la propiedad de la tierra y los medios de producción. También debe descansar en manos del todopoderoso Estado, siempre representado en una sola figura, El Líder que sabe exactamente que hacer y como repartir a cada quien de acuerdo a “sus” necesidades, las del Líder, obviamente. Hasta las más intimas. Para eso, deberá ser suprimido todo intento de individualismo o particularidad. No es el tema de las grandes carencias sociales, educativas y asistenciales. Se trata de colectivizar las necesidades para que entre otras cosas le salga más barato la cosa al estado, para no andar con el fastidio ese de atender los particulares intereses de algunos, que suena muy proto-burgués. Lo mejor es por docenas, eso si, por gruesas, para que perdure la sensación colectivista sin ninguna apariencia de individualidades.
Para todo ello debemos en fin, olvidarnos de la historia y las posibilidades de sobrevivencia de acuerdo a las posibilidades pero en todo caso, es preciso vencer la inteligencia a fuerza del sustrato que se va quedando en los discursos demócratas para deslindarse de las características ancestrales del hombre que conllevan al progreso y la felicidad.
En todo esto pesa la visión de los iluminados, esa suerte de salvadores del mundo, que se creen mas inteligentes que nadie para ofrecernos un mundo de iguales en el que esa dictadura del proletariado no puede ser tomada en serio en tanto que como en la Granja de Orwell, hay unos animales mas iguales que otros, con el perdón de los animales. La abolición de la propiedad privada, las libertades y del abierto ejercicio de nuestras conciencias y nuestros criterios requiere definitivamente de una fuerte consistencia esférica. Incluso puede allanar su más intima frustración. Es la colectivización de la alegría, constreñida al cuadrilátero de sus sabanas o al corral de su granja. No pueden concebir la libertad en tanto que ella, como alimento de nuestra felicidad, no puede ser digerida por quien desentierra la hoz para cercenar las piernas de sus hijos.
Lo mío y lo tuyo a su disposición. Es el reino de los imbeciles, la granja en la que pasta la más funesta locura para convertirnos a la fuerza en parásitos participantes y protagonistas; no obstante, impedidos de crecer, amar, decidir y ser libres, haciéndonos creer que su limosna nos hace independientes y felices. Así nos quieren porque tampoco reina la alegría en sus corazones.
Puede que algunos obtengan recursos como para poder abstraerse del fondo socialista y tener en casa decodificadores de televisión por cable, vehículos producidos por el Imperio y hasta computadoras y tocadores de música alienante venida del neoliberalismo salvaje. Puede que hasta gusten del “guesgue beata” y el champaña. Son sacrificios que se permiten en esta fase del (perdonen la expresión) “cross-over” hacia el socialismo del siglo XXI. El comunismo personalizado da para esto y hasta para dejar de producir por el país con tal de no entregar la plusvalía a los cachorros del neoliberalismo salvaje. Para ello el Papa-Estado reparte la renta entre nosotros sus eternos agradecidos.
Entre otras cosas, tampoco se puede olvidar el tema de la propiedad de la tierra y los medios de producción. También debe descansar en manos del todopoderoso Estado, siempre representado en una sola figura, El Líder que sabe exactamente que hacer y como repartir a cada quien de acuerdo a “sus” necesidades, las del Líder, obviamente. Hasta las más intimas. Para eso, deberá ser suprimido todo intento de individualismo o particularidad. No es el tema de las grandes carencias sociales, educativas y asistenciales. Se trata de colectivizar las necesidades para que entre otras cosas le salga más barato la cosa al estado, para no andar con el fastidio ese de atender los particulares intereses de algunos, que suena muy proto-burgués. Lo mejor es por docenas, eso si, por gruesas, para que perdure la sensación colectivista sin ninguna apariencia de individualidades.
Para todo ello debemos en fin, olvidarnos de la historia y las posibilidades de sobrevivencia de acuerdo a las posibilidades pero en todo caso, es preciso vencer la inteligencia a fuerza del sustrato que se va quedando en los discursos demócratas para deslindarse de las características ancestrales del hombre que conllevan al progreso y la felicidad.
En todo esto pesa la visión de los iluminados, esa suerte de salvadores del mundo, que se creen mas inteligentes que nadie para ofrecernos un mundo de iguales en el que esa dictadura del proletariado no puede ser tomada en serio en tanto que como en la Granja de Orwell, hay unos animales mas iguales que otros, con el perdón de los animales. La abolición de la propiedad privada, las libertades y del abierto ejercicio de nuestras conciencias y nuestros criterios requiere definitivamente de una fuerte consistencia esférica. Incluso puede allanar su más intima frustración. Es la colectivización de la alegría, constreñida al cuadrilátero de sus sabanas o al corral de su granja. No pueden concebir la libertad en tanto que ella, como alimento de nuestra felicidad, no puede ser digerida por quien desentierra la hoz para cercenar las piernas de sus hijos.
Lo mío y lo tuyo a su disposición. Es el reino de los imbeciles, la granja en la que pasta la más funesta locura para convertirnos a la fuerza en parásitos participantes y protagonistas; no obstante, impedidos de crecer, amar, decidir y ser libres, haciéndonos creer que su limosna nos hace independientes y felices. Así nos quieren porque tampoco reina la alegría en sus corazones.
domingo, noviembre 12, 2006
BALIZAJE. Se busca HACEDORES DE PAIS
Si nuestro país lo viéramos como un proyecto entonces allí deberían estar tres o cuatro experiencias que nos hacen henchir el pecho de puro orgullo. La Vinotinto aunque no llegara al presente Mundial de Fútbol. Nuestro béisbol profesional y todas las figuras que nos representan en las Grandes Ligas. También anotemos la excelente lección del Sistema Nacional de Orquestas Sinfónicas Juveniles y todo el semillero que ya comienza a cosechar nuestros prados abiertos. Otro orgullo se nos presentado esta semana. “Hacedores de país”, un proyecto que reside en una estrategia de inversión social que busca promover la artesanía de las distintas regiones de nuestro país y contribuir con el fomento de planes de autogestión e inversión social entre los artesanos. No obstante, ser también una publicación que recoge lo más ancestral y lo más vernáculo de nuestras expresiones culturales sea indígena o popular. En su primera edición Hacedores de País visitó el Mundo e imagen del artesano venezolano contemporáneo; reflejando, difundiendo y mostrándonos un país posible, un país que late al margen de las discrepancias y las exclusiones. Desde el Estado Lara en su primer volumen esta joya de impecable y precisa edición nos trae a los artesanos de la madera de las poblaciones rurales ubicadas en el valle de Quibor.
Y en esta segunda edición, Hacedores de país nos alcanza en cambio al artesano ancestral asentado desde hace cientos de años a orillas del “país de las bocas del Orinoco”. Los warao hundidos en ese trozo de tierra blanda rodeada de aguas oscuras y emblemáticas de nuestra identidad, como ellos, dando paso a un país que se construye a las orillas del olvido.
Como dice el poeta Gustavo Pereira, les decimos increíblemente salvajes. Y ellos, los pemones, un poco mas abajo, en el Sur de nuestro país, se empeñan en llamar al rocío Chirike Yetaku, que significa Saliva de las Estrellas, a las lágrimas Enu Parupue, que quiere decir guarapo de los ojos, y al corazón Yewan Enapue: semilla del vientre. Para decir amigo dicen Mi otro corazón, para decir olvidar dicen perdonar, para decir tierra dicen madre, para decir madre dicen ternura y para decir ternura dicen entrega.
Y aun hoy a ese país inocente, constructor y olvidado que ocurre allá cuando nosotros no nos perdonamos los errores, que se construye y se reconstruye sobre la base de su supervivencia y su enorme ternura les ofendemos con nuestro verbo y nuestro desprecio. Aun este expais, a decir de Agustín Blanco Muñoz, se empeña en segregarlos, excluirlos y visitarlos como reliquias vivas de un pasado distante. Olvidamos nuestras raíces, como queriendo cerrar los ojos, cuando ellos están a un lado nuestro, sonriendo, con la felicidad de ser ellos mismos, dándonos lo mejor de si y entregándonos a los civilizados que somos el alma que reside en nuestras fibras, nuestro barro y nuestras maderas. Nos empeñamos en seguirlos llamando salvajes. Y ellos nos entregan su sonrisa.
No se como se pide perdón en pemon o en warao, pero por mas que intente bajar al cielo de sus manos lo alto de su historia no bajara. Por más que intente bajar la noche para excusarme, el sol de sus ojos no dejara de abrirse cada dia.Gracias a la Fundación Arte Sano Group por traernos estos Hacedores de País y enseñarnos a mirar con orgullo lo que hemos dejado de ser y lo que reposa en las manos de nuestros artesanos que es la mejor forma de sentirnos orgullosos de nuestra identidad y nuestra historia.
Y en esta segunda edición, Hacedores de país nos alcanza en cambio al artesano ancestral asentado desde hace cientos de años a orillas del “país de las bocas del Orinoco”. Los warao hundidos en ese trozo de tierra blanda rodeada de aguas oscuras y emblemáticas de nuestra identidad, como ellos, dando paso a un país que se construye a las orillas del olvido.
Como dice el poeta Gustavo Pereira, les decimos increíblemente salvajes. Y ellos, los pemones, un poco mas abajo, en el Sur de nuestro país, se empeñan en llamar al rocío Chirike Yetaku, que significa Saliva de las Estrellas, a las lágrimas Enu Parupue, que quiere decir guarapo de los ojos, y al corazón Yewan Enapue: semilla del vientre. Para decir amigo dicen Mi otro corazón, para decir olvidar dicen perdonar, para decir tierra dicen madre, para decir madre dicen ternura y para decir ternura dicen entrega.
Y aun hoy a ese país inocente, constructor y olvidado que ocurre allá cuando nosotros no nos perdonamos los errores, que se construye y se reconstruye sobre la base de su supervivencia y su enorme ternura les ofendemos con nuestro verbo y nuestro desprecio. Aun este expais, a decir de Agustín Blanco Muñoz, se empeña en segregarlos, excluirlos y visitarlos como reliquias vivas de un pasado distante. Olvidamos nuestras raíces, como queriendo cerrar los ojos, cuando ellos están a un lado nuestro, sonriendo, con la felicidad de ser ellos mismos, dándonos lo mejor de si y entregándonos a los civilizados que somos el alma que reside en nuestras fibras, nuestro barro y nuestras maderas. Nos empeñamos en seguirlos llamando salvajes. Y ellos nos entregan su sonrisa.
No se como se pide perdón en pemon o en warao, pero por mas que intente bajar al cielo de sus manos lo alto de su historia no bajara. Por más que intente bajar la noche para excusarme, el sol de sus ojos no dejara de abrirse cada dia.Gracias a la Fundación Arte Sano Group por traernos estos Hacedores de País y enseñarnos a mirar con orgullo lo que hemos dejado de ser y lo que reposa en las manos de nuestros artesanos que es la mejor forma de sentirnos orgullosos de nuestra identidad y nuestra historia.
Publicado en diario Sol de Margarita. 26 de Junio, 2.006.
Lo editamos puesto que el libro Hacedores de Pais, Mundo e Imagen del Artesano Ancestral ha obtenido el "Premio Nacional del Libro 2005".
miércoles, octubre 25, 2006
Notas de un GASTRONAUTA. RESTANURANT ANTILLANA
Uno en esta vida de gastronauta que nos ha tocado disfrutar se ha conseguido de todo. Muchas rarezas y muchos hallazgos. Descubrimientos que uno los disfruta mientras puede, incluso hemos tenido que ocultar esos encuentros por temor a que con el paso inmediato del anonimato a la popularidad se les extravíen valores y aciertos que terminamos por desecharlos. Pequeños restaurantes a los que preferimos dejar detenidos en la memoria gastronómica y no volver a visitar. Recordarlos desde allí. No obstante, también hemos disfrutado los otros a los que no deseáramos volver. De los que uno sale con ese extraño sabor en boca de haber acudido a un asunto de asalto o de despilfarro. Y de eso vamos a hablar…
Hay sitios en el que a uno se le pone creativo el mesonero. En el que decide por ejemplo entre la mesa y la cocina cambiar la comanda y doblar la nación de la ensalada porque “me di cuenta que usted come mucho, maestro”. O aquellos en los que te cambian la fruta del batido o el tipo del pescado y se asombran y hasta le dicen a uno: “nunca pensé que se iba a dar cuenta”. Están los otros los que aprovechándose del nivel etílico del comensal se aprovechan para abultar las cuentas… pero de esos no vamos a hablar.
Hay otra anécdota que nadie nos cree. Nos sucedió hace unos años a un par de parejas en un restaurante en Pampatar al que le dedica mucho espacio la fauna farandulera y bancaria del país. El caso es que la muchachita que nos atendió no supo aceptar como respuesta a su inocente o ignorante pregunta de si íbamos a comer. Resulta que los hombres de la mesa (con mucho humor, por cierto) tuvimos que soportar la mala pasada, pues nos dejaron fuera de la comanda y al reaccionar ya era demasiado tarde para comer porque habían cerrado la cocina!. Bárbaro e increíble y ni una disculpa de su propietaria pudimos recibir.
Esos son casos hasta jocosos. Lo que no es jocoso son esos sitios en los que te traen pan con ajo o casabe con parmesano sin haberlos pedido, sin habértelo comido con la perfecta excusa de inflarle la cuenta. Están otros a los que uno solicita dos vasos de agua y le traen una botella de litro y medio de agua mineral importada y te la cobran a precio de 18 años. Un gesto deshonesto y tracalero al que uno debe reaccionar como comensal.
Están otros sitios en los que la pésima decoración e interiorismo redundan en una atmósfera terrible, intentando vendértela como de vanguardia, o rustica o caribeña. Pero el mal gusto ya es otra cosa de la que uno puede fácilmente escapar. Ni siquiera pasando frente a estos establecimientos.
Hay de los que pretenden en cambio venderte cocina creativa o fusión venezolana pero escasamente llegan a caraota recalentada con carne mechada refrita a lo pata e’ grillo larense, todo esto en paredes desvencijadas, descascaradas y pisos a retazos, pero cuando te llega la cuenta la creatividad se les va al techo (al que por cierto, le falta un poco de mantenimiento) pues te quieren cobrar como si estuvieras comiendo en un hotel 5 estrellas o en el Centro Sambil.
Y en el sambil hay un sitio que reúne varias de estas taras. Sobre todo porque:
-El mesonero se pone creativo y al destapar la botella del elixir, sin pedir permiso arroja dos chorros del preciado liquido sin chistar como si tal cosa y como si esa botella fuera de el.
-Le colocan un pan tieso embadurnado de mantequilla con ajo (no al ajillo) sin haberlo pedido y hasta se lo intentan cobrar aun habiendo devuelto el obsequio que uno no tarda en descubrir que se lo están agregando en la cuenta.
-Al menos la carne que tanto me han recomendado no pasa de ser la de un restaurante de carnes de carretera. Un t-bone sin frescura y de textura prieta y densa. Sangrante si, pero de mala percepción olfativa. Corte medio, de unos 600 grs. Por lo que el corte transverso que supone exactas porciones de carne de lomito y solomo a los lados del hueso “t” no es consistente ni merece el aprecio de un sibarita de las carnes rojas. Todo esto estuviera bien si ocurrieran dos cosas:
-El precio del corte fuese correspondiente a la atención y la calidad de la carne. Por lo que podemos decir que es demasiado caro, ni siquiera costoso.
-El ambiente de fusión barrochanismo cursi pintarrajeado de blanco pretendidamente anglo-caribeño enmarca con esmirriadas varas de mangle el ambiente. Espacio desde el cual, por cierto, nunca se puede apreciar la pantalla gigante a no ser que sea con 4 palos encima… pero de mangle.
Lo peor de todo es que es la tercera vez que me ocurre, pero atendiendo a los comentarios de varios amigos decidí… bueno eso, caer nuevamente para comprobar que las dos veces anteriores el que tenia razón era yo en no volver a esta maroma o morisqueta de las islas antillanas… Fuera de mi lista por deshonesto y mala atención. Lo de la decoración es culpa mia, porque ¿quien me manda? Odio esos pastiches decorativos…
Hay sitios en el que a uno se le pone creativo el mesonero. En el que decide por ejemplo entre la mesa y la cocina cambiar la comanda y doblar la nación de la ensalada porque “me di cuenta que usted come mucho, maestro”. O aquellos en los que te cambian la fruta del batido o el tipo del pescado y se asombran y hasta le dicen a uno: “nunca pensé que se iba a dar cuenta”. Están los otros los que aprovechándose del nivel etílico del comensal se aprovechan para abultar las cuentas… pero de esos no vamos a hablar.
Hay otra anécdota que nadie nos cree. Nos sucedió hace unos años a un par de parejas en un restaurante en Pampatar al que le dedica mucho espacio la fauna farandulera y bancaria del país. El caso es que la muchachita que nos atendió no supo aceptar como respuesta a su inocente o ignorante pregunta de si íbamos a comer. Resulta que los hombres de la mesa (con mucho humor, por cierto) tuvimos que soportar la mala pasada, pues nos dejaron fuera de la comanda y al reaccionar ya era demasiado tarde para comer porque habían cerrado la cocina!. Bárbaro e increíble y ni una disculpa de su propietaria pudimos recibir.
Esos son casos hasta jocosos. Lo que no es jocoso son esos sitios en los que te traen pan con ajo o casabe con parmesano sin haberlos pedido, sin habértelo comido con la perfecta excusa de inflarle la cuenta. Están otros a los que uno solicita dos vasos de agua y le traen una botella de litro y medio de agua mineral importada y te la cobran a precio de 18 años. Un gesto deshonesto y tracalero al que uno debe reaccionar como comensal.
Están otros sitios en los que la pésima decoración e interiorismo redundan en una atmósfera terrible, intentando vendértela como de vanguardia, o rustica o caribeña. Pero el mal gusto ya es otra cosa de la que uno puede fácilmente escapar. Ni siquiera pasando frente a estos establecimientos.
Hay de los que pretenden en cambio venderte cocina creativa o fusión venezolana pero escasamente llegan a caraota recalentada con carne mechada refrita a lo pata e’ grillo larense, todo esto en paredes desvencijadas, descascaradas y pisos a retazos, pero cuando te llega la cuenta la creatividad se les va al techo (al que por cierto, le falta un poco de mantenimiento) pues te quieren cobrar como si estuvieras comiendo en un hotel 5 estrellas o en el Centro Sambil.
Y en el sambil hay un sitio que reúne varias de estas taras. Sobre todo porque:
-El mesonero se pone creativo y al destapar la botella del elixir, sin pedir permiso arroja dos chorros del preciado liquido sin chistar como si tal cosa y como si esa botella fuera de el.
-Le colocan un pan tieso embadurnado de mantequilla con ajo (no al ajillo) sin haberlo pedido y hasta se lo intentan cobrar aun habiendo devuelto el obsequio que uno no tarda en descubrir que se lo están agregando en la cuenta.
-Al menos la carne que tanto me han recomendado no pasa de ser la de un restaurante de carnes de carretera. Un t-bone sin frescura y de textura prieta y densa. Sangrante si, pero de mala percepción olfativa. Corte medio, de unos 600 grs. Por lo que el corte transverso que supone exactas porciones de carne de lomito y solomo a los lados del hueso “t” no es consistente ni merece el aprecio de un sibarita de las carnes rojas. Todo esto estuviera bien si ocurrieran dos cosas:
-El precio del corte fuese correspondiente a la atención y la calidad de la carne. Por lo que podemos decir que es demasiado caro, ni siquiera costoso.
-El ambiente de fusión barrochanismo cursi pintarrajeado de blanco pretendidamente anglo-caribeño enmarca con esmirriadas varas de mangle el ambiente. Espacio desde el cual, por cierto, nunca se puede apreciar la pantalla gigante a no ser que sea con 4 palos encima… pero de mangle.
Lo peor de todo es que es la tercera vez que me ocurre, pero atendiendo a los comentarios de varios amigos decidí… bueno eso, caer nuevamente para comprobar que las dos veces anteriores el que tenia razón era yo en no volver a esta maroma o morisqueta de las islas antillanas… Fuera de mi lista por deshonesto y mala atención. Lo de la decoración es culpa mia, porque ¿quien me manda? Odio esos pastiches decorativos…
Restaurant ANTILLANAS. Centro Sambil de Margarita. Entrada Playa El Yaque
Seccion EL ESPEJO ES EL PLATO. Programa CON AGUA O CON SODA. Exitos 94.9 FM. Isla de Margarita. Sabados 3:00 a 5:00 p.m.
www.conaguaoconsoda.com (audio digital - tiempo real)
BALIZAJE. Antipolitica entre comicos y bufones
Entre cómicos y bufones, así se nos van estos atribulados días de mitad de año. Desde que una Miss Universo quiso hacerse con la silla de Miraflores, pasando por El Brujo y llegando hoy a la enloquecida fiebre que ha desatado la candidatura de un cómico a la presidencia de nuestro país, nos hemos dado cuenta que estamos comenzando a revolvernos en nuestro propio charco.
En condiciones normales un país puede sobrevivir a una locura como esa. En las condiciones actuales es sencillamente un salto al vacío. Y la gente lo ve con esa simpleza con la vemos nuestra vida. Aderezados con whisky 18 años nuestro país se hunde en la bacanal que nos hace sauditas mientras padecemos la borrachera de los petrodólares mientras nuestro líder se pasea por el mundo chequera en mano, tratando de salvar el mundo.
Estamos en manos de fenómenos electorales. Hace algún tiempo el humorista y artista plástico Pedro León Zapata se lanzo a la presidencia, pero cuando comenzó a aparecer en las encuestas decidió que ya era tiempo de retirarse pues un país que escoja a un humorista como presidente ya deja de ser un país serio. Y el humor es una cosa muy seria para dejárselo a los políticos, eso es verdad.
Ahora puede ser que veamos a este cómico candidato o candidato cómico como una manera de joderle la vida a quien nos ha estado mamando el gallo desde hace siete años apoltronado en la deseada silla de Palacio. Puede ser que sea hora que nos burlemos de ellos, de quienes se ríen del pueblo desde las esferas del poder. Llevamos 20 años bailando la música que nos tocan los políticos irresponsables, esos que nos metieron el Decreto de Pedro El Breve por el pecho y los mismos que nos vendieron el paro como una salida. De los mismos que antes como ahora ven en este “monárquico” candidato una salida a la crisis, un outsider, una vía para escapar de los problemas que agobian nuestra democracia, un negrito que viene de abajo y que tiene el pelo malo como el Rey. O los otros, los que no tienen capacidad sino para reírse en el circo que cada domingo se levanta en cualquier pueblo del territorio nacional. Nos ofrecen centro de lomito y whisky, una Hummer o un Audi y corremos a abrazar al que “quien sabe y le echa una vaina al que te conte”. Es este país de locos, en el que nadie entiende nada. Antes al menos el Rey tenía sus poetas, sus pintores y sobre todo sus bufones que le hacían reír. En este país esta todo al revés. Los políticos se quedan sin trabajo y los cómicos se van al palacio para hacer reír al pueblo. La antipolitica sin bases, sin maquinarias, sin partidos, en fin, sin gente. El problema es que ya en el palacio hay bufones y saltimbanquis que regularmente nos hacen pegar unas carcajadas y a veces también nos asustan. Ya nuestra salida se ha vuelto un asunto ludico, un “vamos a ver y quien sabe”. Como lo dijo Camilo Jose Cela, “no es lo mismo esta dormido que durmiendo. Como tampoco es lo mismo estar jodido que estar jodiendo”.
En condiciones normales un país puede sobrevivir a una locura como esa. En las condiciones actuales es sencillamente un salto al vacío. Y la gente lo ve con esa simpleza con la vemos nuestra vida. Aderezados con whisky 18 años nuestro país se hunde en la bacanal que nos hace sauditas mientras padecemos la borrachera de los petrodólares mientras nuestro líder se pasea por el mundo chequera en mano, tratando de salvar el mundo.
Estamos en manos de fenómenos electorales. Hace algún tiempo el humorista y artista plástico Pedro León Zapata se lanzo a la presidencia, pero cuando comenzó a aparecer en las encuestas decidió que ya era tiempo de retirarse pues un país que escoja a un humorista como presidente ya deja de ser un país serio. Y el humor es una cosa muy seria para dejárselo a los políticos, eso es verdad.
Ahora puede ser que veamos a este cómico candidato o candidato cómico como una manera de joderle la vida a quien nos ha estado mamando el gallo desde hace siete años apoltronado en la deseada silla de Palacio. Puede ser que sea hora que nos burlemos de ellos, de quienes se ríen del pueblo desde las esferas del poder. Llevamos 20 años bailando la música que nos tocan los políticos irresponsables, esos que nos metieron el Decreto de Pedro El Breve por el pecho y los mismos que nos vendieron el paro como una salida. De los mismos que antes como ahora ven en este “monárquico” candidato una salida a la crisis, un outsider, una vía para escapar de los problemas que agobian nuestra democracia, un negrito que viene de abajo y que tiene el pelo malo como el Rey. O los otros, los que no tienen capacidad sino para reírse en el circo que cada domingo se levanta en cualquier pueblo del territorio nacional. Nos ofrecen centro de lomito y whisky, una Hummer o un Audi y corremos a abrazar al que “quien sabe y le echa una vaina al que te conte”. Es este país de locos, en el que nadie entiende nada. Antes al menos el Rey tenía sus poetas, sus pintores y sobre todo sus bufones que le hacían reír. En este país esta todo al revés. Los políticos se quedan sin trabajo y los cómicos se van al palacio para hacer reír al pueblo. La antipolitica sin bases, sin maquinarias, sin partidos, en fin, sin gente. El problema es que ya en el palacio hay bufones y saltimbanquis que regularmente nos hacen pegar unas carcajadas y a veces también nos asustan. Ya nuestra salida se ha vuelto un asunto ludico, un “vamos a ver y quien sabe”. Como lo dijo Camilo Jose Cela, “no es lo mismo esta dormido que durmiendo. Como tampoco es lo mismo estar jodido que estar jodiendo”.
Articulo publicado en Sol de Margarita. 02 de Agosto, 2.006.
BALIZAJE. Cuatro Juanes y un Gustavo Dudamel
La historia de un sueño musical que agrupa a más de 240 mil niños y jóvenes de toda Venezuela es la base fundamental de “Tocar y Luchar”, convirtiéndose así en el primer filme documental venezolano en exhibirse de manera masiva con cuarenta copias y cien trailers en nuestro país. Una obra que su director, Alberto Arvelo, considera “tiene un gran valor espiritual y es un acto de fe por el país,” no por haberla hecho él, sino por que cuenta a través de la vida de seis niños venezolanos los éxitos que han cosechado en sus 30 años de existencia el Sistema Nacional de Orquestas Sinfónicas Juveniles e Infantiles de Venezuela.
Si, es un acto de fe y una manera de reconciliarnos con nuestro país. Porque sabemos de lo que somos capaces y es odioso y hasta sintomático que tengamos que escucharlo de boca de extranjeros para poder comenzar a entender y a valorar lo que somos. Ya lo decía Sir Simon Rattle en las más conmovedoras impresiones acerca de nuestra experiencia además de los más célebres directores y músicos de nuestros tiempos, estos son: Claudio Abbado, Plácido Domingo, Guiseppe Sinopoli, Eduardo Mata, entre otros. “Si algo esta ocurriendo en el mundo de la música es inobjetablemente aquí, en Venezuela”. Y no solo porque lo digan ellos, es porque se respira, se siente, se ve.
Hace algunos días me preguntaba acerca de ¿donde estaban los músicos venezolanos en el mundo?, ¿Cuánta trascendencia han logrado?, ¿Cuan lejos llega nuestro canto?, ¿Por qué no tenemos representación en el universo y la fama del mundo de la música? ¿Cómo es posible que cosas horribles y espantosas lleguen hasta los distintos rincones, audiencias, escenarios, públicos, mercados y hasta los parlamentos del mundo y nuestra música y nuestros músicos sigan estando tras los telones?
Bueno, aquí están. Hoy cambio, sin chistar: cuatro Juanes por un Dudamel. Y no solo para alcanzar la fama que es lo más superfluo para quienes alcanzan la perfección con su talento. Se trata de cambiar al mundo, no a modo de revolución intergaláctica, sino a modo de esta trascendente transformación cultural, artística, musical y humana que no solo ha cambiado a quienes participan en el proyecto de las Orquestas Nacionales Infantiles y Juveniles, sino que los salva.
“Tocar y luchar” nos muestra entonces a una Venezuela que lejos de la diatriba diaria, de los sofismas ideológicos, de las rencillas politiqueras, de la revancha y el odio sembrado, ha sabido entender del esfuerzo diario, de la capacitación necesaria, la disciplina y sobre todo los conceptos elementales de solidaridad, conjunción, concertación y voluntad.
No existe una mejor lección que nos puedan dejar los jóvenes, miles en todo el país, cientos de miles de niños que se nieguen a que este bello país se destruya en medio de una mezquina adulancia, una innecesaria lucha de clases y la parcializada solución de los resentimientos sin buscar la unión y la concertación de todo el país. La búsqueda de un proyecto que nos una como país y seguirlo, todos juntos hasta el final.
“Tocar y luchar” es también un delicioso regaño para quienes nos dejamos corroer por el pesimismo. Y en estos días, terribles en lo personal me avergüenza olvidar estos valores pero mas lo hace haberlos perdido en el medio del fragor de un país que creía se nos escapaba de las manos.
Estos hermosos niños; son creativos, melódicos, urbanos y provincianos, optimistas y felices, porque solo quien conoce la maravilla de la música puede estar cerca de la felicidad. Porque solo quien puede abonar los conceptos de lo bello, lo estético, lo artísticos, lo armónico y lo perfecto pueden estar cerca de Dios.“Tocar y luchar” nos ha enseñado cuan cerca de lo bello esta nuestra Venezuela, este país que se niega a merecer los miedos y las miserias humanas que se siembran con el odio y la revancha. Tocar y luchar nos han enseñado también a ser tolerantes, y la tolerancia es otro espacio necesario para construir o reconstruir nuestra hermosa patria. La perfección tiene cara de niño venezolano con su instrumento a cuestas y su sonrisa imbatible como estandarte. Cambio cuatro caderazos de Shakira, dos discos del insufrible Arjona, toda la música del trasnochado de Silvio… ah, también a los hermanitos Primera por un sólo concierto de la Orquesta Sinfónica Juvenil del Estado Nueva Esparta. Y me quedan debiendo…
Si, es un acto de fe y una manera de reconciliarnos con nuestro país. Porque sabemos de lo que somos capaces y es odioso y hasta sintomático que tengamos que escucharlo de boca de extranjeros para poder comenzar a entender y a valorar lo que somos. Ya lo decía Sir Simon Rattle en las más conmovedoras impresiones acerca de nuestra experiencia además de los más célebres directores y músicos de nuestros tiempos, estos son: Claudio Abbado, Plácido Domingo, Guiseppe Sinopoli, Eduardo Mata, entre otros. “Si algo esta ocurriendo en el mundo de la música es inobjetablemente aquí, en Venezuela”. Y no solo porque lo digan ellos, es porque se respira, se siente, se ve.
Hace algunos días me preguntaba acerca de ¿donde estaban los músicos venezolanos en el mundo?, ¿Cuánta trascendencia han logrado?, ¿Cuan lejos llega nuestro canto?, ¿Por qué no tenemos representación en el universo y la fama del mundo de la música? ¿Cómo es posible que cosas horribles y espantosas lleguen hasta los distintos rincones, audiencias, escenarios, públicos, mercados y hasta los parlamentos del mundo y nuestra música y nuestros músicos sigan estando tras los telones?
Bueno, aquí están. Hoy cambio, sin chistar: cuatro Juanes por un Dudamel. Y no solo para alcanzar la fama que es lo más superfluo para quienes alcanzan la perfección con su talento. Se trata de cambiar al mundo, no a modo de revolución intergaláctica, sino a modo de esta trascendente transformación cultural, artística, musical y humana que no solo ha cambiado a quienes participan en el proyecto de las Orquestas Nacionales Infantiles y Juveniles, sino que los salva.
“Tocar y luchar” nos muestra entonces a una Venezuela que lejos de la diatriba diaria, de los sofismas ideológicos, de las rencillas politiqueras, de la revancha y el odio sembrado, ha sabido entender del esfuerzo diario, de la capacitación necesaria, la disciplina y sobre todo los conceptos elementales de solidaridad, conjunción, concertación y voluntad.
No existe una mejor lección que nos puedan dejar los jóvenes, miles en todo el país, cientos de miles de niños que se nieguen a que este bello país se destruya en medio de una mezquina adulancia, una innecesaria lucha de clases y la parcializada solución de los resentimientos sin buscar la unión y la concertación de todo el país. La búsqueda de un proyecto que nos una como país y seguirlo, todos juntos hasta el final.
“Tocar y luchar” es también un delicioso regaño para quienes nos dejamos corroer por el pesimismo. Y en estos días, terribles en lo personal me avergüenza olvidar estos valores pero mas lo hace haberlos perdido en el medio del fragor de un país que creía se nos escapaba de las manos.
Estos hermosos niños; son creativos, melódicos, urbanos y provincianos, optimistas y felices, porque solo quien conoce la maravilla de la música puede estar cerca de la felicidad. Porque solo quien puede abonar los conceptos de lo bello, lo estético, lo artísticos, lo armónico y lo perfecto pueden estar cerca de Dios.“Tocar y luchar” nos ha enseñado cuan cerca de lo bello esta nuestra Venezuela, este país que se niega a merecer los miedos y las miserias humanas que se siembran con el odio y la revancha. Tocar y luchar nos han enseñado también a ser tolerantes, y la tolerancia es otro espacio necesario para construir o reconstruir nuestra hermosa patria. La perfección tiene cara de niño venezolano con su instrumento a cuestas y su sonrisa imbatible como estandarte. Cambio cuatro caderazos de Shakira, dos discos del insufrible Arjona, toda la música del trasnochado de Silvio… ah, también a los hermanitos Primera por un sólo concierto de la Orquesta Sinfónica Juvenil del Estado Nueva Esparta. Y me quedan debiendo…
Publicado en diario Sol de Margarita. 09 de Mayo, 2.006.
BALIZAJE. La Pandemia del Jazz en Maragrita
El jazz es un abrazo en la madrugada. Si hubiese la manera de permanecer en su abrazo no existiese los espacios de la soledad. El jazz es una calada que arrastra de todo, que mueve el fondo; que todo lo trae y todo lo lleva. El jazz es como una fuente de la que beben todos y todos la llenan. Nadie traiciona al jazz porque el jazz a nadie pertenece. Para poseerlo se le debe sentir en las venas. Nadie finge amar el jazz, pues para amarlo hay que saberlo, como el aceite de la mujer. El jazz cuando se apropia de alguien ya más nunca abandona sus días. El jazz es una sentencia en la que todos presumimos la certeza de ser amantes o infieles sin serlo.
El jazz se hace nuestro cuando lo bebemos, aunque no todos se atreven a escanciar ese licor. Incluso cuando se lo brindas a alguien, por lo general sabe que es un buen elixir pero tarda días en saber que ha sido intoxicado con su veneno.
Con la mujer es distinto, pues ella lleva per se inoculado el virus del jazz. Cuando bebemos de sus labios, nos esta suministrando la dosis exacta para permitirnos enfermar de amor o de jazz que es lo mismo, se sabe.
En algunos casos, el cuerpo toxico de alguna mujer lleva la porción infectocontagiosa del virus del jazz. Sin saberlo se convierte en portadora de una oculta y variable cepa que reposa en el fondo de sus hendiduras.
Muchas veces he tenido que rescatar amigos que van tras el cuerpo del jazz y este se resiste pues no reside en un disco sino en el fondo de la casa de la mujer que es el sitio del descampado y el profundo gozo.
Hay mujeres que nos dan la vitamina de su sexo y al mismo tiempo nos emponzoñan con el fortísimo veneno del jazz. En el cuerpo de la mujer no solo reside la casa. Allí reside el sabio e inagotable pozo del veneno del jazz. Quien ha probado de un solo sorbo el insondable y misterioso pozo de la mujer sabe que el jazz tiene un elixir que sabe a la locura de sus profundidades, de su hendidura, de su envés. Un orgasmo las hace más bellas, un jam-sessions nos hace felices. Es así la naturaleza de los adictos al jazz.
Hace apenas unas horas se derramo el mas toxico de los venenos sobre el cuerpo de esta bella isla. Anduvimos desaprensivos, abiertos y desnudos, sin vacunas; corriendo a excitarnos con calma en el profundo gozo del jazz en todas sus arterias o sus calles, que como los ríos van a dar a la mar que es el morir.
Junto a Miguel Angel y a Oscar hallamos el bello cuerpo del jazz y lo compartimos hasta llorar. Estuvimos dispuestos a morir de jazz como si de un mal endémico se tratara, o en la amplia pradera de la espalda de la mujer que llevaba el amor toxico del jazz en su piel y en su vientre, que es donde se esconden las bellas notas del saxo.Ha llegado el Jazz a Margarita y es como celebrar la llegada del virus a nuestras costas. Celebrarlo, como dice Montejo, para vivir o para morir, ya no se sabe, porque al entrar ya no se sabe.
El jazz se hace nuestro cuando lo bebemos, aunque no todos se atreven a escanciar ese licor. Incluso cuando se lo brindas a alguien, por lo general sabe que es un buen elixir pero tarda días en saber que ha sido intoxicado con su veneno.
Con la mujer es distinto, pues ella lleva per se inoculado el virus del jazz. Cuando bebemos de sus labios, nos esta suministrando la dosis exacta para permitirnos enfermar de amor o de jazz que es lo mismo, se sabe.
En algunos casos, el cuerpo toxico de alguna mujer lleva la porción infectocontagiosa del virus del jazz. Sin saberlo se convierte en portadora de una oculta y variable cepa que reposa en el fondo de sus hendiduras.
Muchas veces he tenido que rescatar amigos que van tras el cuerpo del jazz y este se resiste pues no reside en un disco sino en el fondo de la casa de la mujer que es el sitio del descampado y el profundo gozo.
Hay mujeres que nos dan la vitamina de su sexo y al mismo tiempo nos emponzoñan con el fortísimo veneno del jazz. En el cuerpo de la mujer no solo reside la casa. Allí reside el sabio e inagotable pozo del veneno del jazz. Quien ha probado de un solo sorbo el insondable y misterioso pozo de la mujer sabe que el jazz tiene un elixir que sabe a la locura de sus profundidades, de su hendidura, de su envés. Un orgasmo las hace más bellas, un jam-sessions nos hace felices. Es así la naturaleza de los adictos al jazz.
Hace apenas unas horas se derramo el mas toxico de los venenos sobre el cuerpo de esta bella isla. Anduvimos desaprensivos, abiertos y desnudos, sin vacunas; corriendo a excitarnos con calma en el profundo gozo del jazz en todas sus arterias o sus calles, que como los ríos van a dar a la mar que es el morir.
Junto a Miguel Angel y a Oscar hallamos el bello cuerpo del jazz y lo compartimos hasta llorar. Estuvimos dispuestos a morir de jazz como si de un mal endémico se tratara, o en la amplia pradera de la espalda de la mujer que llevaba el amor toxico del jazz en su piel y en su vientre, que es donde se esconden las bellas notas del saxo.Ha llegado el Jazz a Margarita y es como celebrar la llegada del virus a nuestras costas. Celebrarlo, como dice Montejo, para vivir o para morir, ya no se sabe, porque al entrar ya no se sabe.
Publicado en diario Sol de Margarita. Noviembre, 2.005.
martes, octubre 24, 2006
BALIZAJE. De amor y de sombras
Hace algunos años la escritora chilena Isabel Allende escribió en nuestro país esta ya celebre novela. La recuerdo tanto como su horrible versión cinematográfica, realizada por cierto por la creadora venezolana, Betty Kaplan. El asunto es que de aquella narración sobresaltada en el marco de la dictadura militar del gorila Pinochet hasta nuestros días son muchas las cosas que nos unen y nos separan. En primer lugar, la existencia de una bota militar que autoritariamente busca asentarse en el cuello de quienes levantan la voz para disentir en el mas vivo ejemplo de libre expresión universal amparada por leyes, cartas y acuerdos interplanetarios. En segundo lugar, las consecuencias de esta intolerancia que, siendo macerada en el militarismo, nos deja en el gusto. Un sabor extraño y amargo, quizás poco amable en nuestro paladar, lejano a nuestras libertades amenazadas y alegrías sospechosas. Ese tufo a atropello maloliente, a irrespeto por el otro. Esa suerte de bolsa unívitelina, que como dice, Francisco Suniaga en esa extraordinaria novela venezolana La Otra Isla, contiene a los extremistas de izquierda y de derecha, en la que da igual disentir por la libre empresa que por la justicia social, pues quien disiente de algo también esta pretendiendo estar por encima de mi verdad que debe ser impuesta sin vacilaciones pues yo solo cargo a cuestas la única verdad posible y la salvación.
Extremismos estos que nos han llevado, desde la zona austral hasta el sur del Río Grande a espolvorear nuestra sangre vertida en esta tierra de gracia. A zaherirnos y amontonarnos como babas cazadas en las orillas de los caños para ofrecer la mejor peletería sumisa a los vecinos poderosos de arriba.
En tercer lugar agreguemos que, como nunca antes, quienes pretendemos sacudirnos estos maleficios tampoco pertenecemos a la derecha ramplona o fascista o golpista, ni mucho menos. Ni olemos a azufre, así como tampoco mostramos las fotografías con las orejitas del ratoncito de Disney. Tampoco hoy, es bueno decirlo, daríamos un lamento por la muerte del tirano antillano ni nos despechamos escuchando a la anticuada Nueva Trova.
El asunto es que a estas alturas nos hablan de amor y nos arropan las sombras. Los distintos escenarios son manoseados con demasiada frecuencia. No queremos que nos tome de sorpresa la voluntad popular. Por lo pronto, casi un 80% de nuestro país ve con buenos ojos el mensaje de amor de nuestro presidente, como si de improviso y enmantillado haya recibido la unción de los santos para bajar el verbo y con la manta de los carismáticos hacernos ver un cordero de Dios que quiere borrar los pecados del mundo desde la mismísima ONU antes que corregir los propios en nuestra tierra.
Solo me queda decir como en aquellos famosos boleros: Cuando tú te hayas ido con mi dolor a solas, evocare el idilio de las azules olas. Cuando tú te hayas ido me envolverán las sombras. Pues aparte de sombra, cenizas, solo cenizas quedara de todo lo que fue tu amor…
Extremismos estos que nos han llevado, desde la zona austral hasta el sur del Río Grande a espolvorear nuestra sangre vertida en esta tierra de gracia. A zaherirnos y amontonarnos como babas cazadas en las orillas de los caños para ofrecer la mejor peletería sumisa a los vecinos poderosos de arriba.
En tercer lugar agreguemos que, como nunca antes, quienes pretendemos sacudirnos estos maleficios tampoco pertenecemos a la derecha ramplona o fascista o golpista, ni mucho menos. Ni olemos a azufre, así como tampoco mostramos las fotografías con las orejitas del ratoncito de Disney. Tampoco hoy, es bueno decirlo, daríamos un lamento por la muerte del tirano antillano ni nos despechamos escuchando a la anticuada Nueva Trova.
El asunto es que a estas alturas nos hablan de amor y nos arropan las sombras. Los distintos escenarios son manoseados con demasiada frecuencia. No queremos que nos tome de sorpresa la voluntad popular. Por lo pronto, casi un 80% de nuestro país ve con buenos ojos el mensaje de amor de nuestro presidente, como si de improviso y enmantillado haya recibido la unción de los santos para bajar el verbo y con la manta de los carismáticos hacernos ver un cordero de Dios que quiere borrar los pecados del mundo desde la mismísima ONU antes que corregir los propios en nuestra tierra.
Solo me queda decir como en aquellos famosos boleros: Cuando tú te hayas ido con mi dolor a solas, evocare el idilio de las azules olas. Cuando tú te hayas ido me envolverán las sombras. Pues aparte de sombra, cenizas, solo cenizas quedara de todo lo que fue tu amor…
ESPACIOS GASTRONÓMICOS. Umi Sushi & Teppan
Un restaurante japonés en occidente debería ser como disfrutar en cualquier fogón de la avenida Chuo-Ko o la Mitaka-Shi de Tokio. Debe ser o, al menos, parecerlo.
La cocina japonesa es el reflejo de una ancestral forma de entender la vida. Las distintas expresiones de esa cultura nipona esbozan un perfecto equilibrio entre los elementos esenciales a la vida. De allí que en sus ambientes permanecen las formas simples y geométricas referidas a la sencillez de sus espíritus y a la búsqueda de la armonía entre el cuerpo y la mente. El cuadrado como forma geométrica remite a la perfección de las formas del hombre. El circulo a la existencia de un yo-céntrico que pueda ser figura de su entorno o la periferia de la experiencia humana.
La restauranteria japonesa busca exactamente ese reflejo del ser japonés. Sus formas, sus colores, su geometría. Incluso las cantidades y las porciones. El rompimiento del cuadrado al tener tres hijos es también una búsqueda para asentar la permanencia del atrevimiento humano. Dos padres mas tres hijos son cinco porciones.
En la cocina japonesa la forma cilíndrica instaura diálogos con su concepción circular de la vida. La vajilla redonda en nuestra cultura deviene en la geometría cuadrática y rectangular. El troceado de sus elementos asegura una mixtura de ingredientes y sabores.
En razón de estos preceptos nos acercamos al restaurante Umi Sushi & Teppan. Un espacio en donde se encuentra presente la armonía característica de lo japonés; la unión esplendorosa de distintas tonalidades con la perfección y belleza que evocan los jardines orientales y el respeto por los espacios abiertos. La permanente intersección del afuera y el adentro en el que lo “intimo” siempre es el “afuera” que nos espera.
Umi Sushi & Teppan es capaz de convertir la experiencia de comer en una recreación que puedan percibir y degustar todos los sentidos. Es acercarnos al mapa de la gastronomía nipona, al afecto por la perfección, la debilidad por lo preciso. Lo sencillo es lo bello, lo limpio es lo exacto.
La disposición de sus espacios con un claro acento vanguardista, crea el inicio de un dialogo que nos involucra. La utilización de los materiales y los colores. La calidez de la madera y la utilización de los tonos suaves colorean el entusiasmo por comenzar esta experiencia exuberante y siempre excitante. La iluminación y el mobiliario abren la frescura que nos acompaña desde la tenue cortina de agua nos abraza al entrar. Las planchas tipo “teppan” no solamente rigen la disposición del mobiliario. La escogencia acertada de las mesas y las sillas dan confort y descanso a los comensales. La vajilla hecha en la Isla de Margarita y una cubertería sin ostentación nos preparan al disfrute. Estar en Umi Sushi & Teppan es visitar una porción de perfección en su ambiente y su atmósfera. Sencillez y sobriedad. El bálsamo de su espacio ya es alimento para los sentidos. Sin duda, estar en este sobrio restaurante es iniciar un dialogo hacia nosotros.
A publicarse en Revista Paladares Arte Gastronomico. Edicion Octubre. No. 4. Isla de Margarita
Notas de un GASTRONAUTA. IL POSITANO DEL SAMBIL MARGARITA
Si la atávica tradición itálica reposa ya en nuestros genes, es muy posible que nos convirtamos en una especie de nacionalidad que camaleonicamente comparte gustos y sabores particulares. Venido desde la costa frente a la paradisíaca isla de Capri en el sur de la bota italiana en un hermoso pueblito costero llamado Positano, el muy apreciado Viny nos trae el calido apego a lo tradicional, a los sabores cuidados y a la humildad de quien siempre abraza la familiaridad y su propia historia.
Il Positano en el Centro Sambil de Margarita viene a sentar las bases de la asimilación de las nuevas tendencias gourmet del mundo, tan en boga pero también tan desmeritadas en estos días. Esta propuesta gourmet italiana se basa en tres elementos fundamentales de la restauranteria de vanguardia. Los ingredientes de primera lo que a su vez acarrea varias consecuencias. Por una parte el rompimiento de los mitos de la pasta “fatta in casa”. Ya no solo la pasta elaborada en cocina es la mejor. También existen excelentes productos manufacturados en grandes volúmenes que mantienen los altos estándares de calidad. De allí que la pasta que viene en caja también es excelente. El segundo punto es que ello redunda en altos costos. Esta pasta importada, el aceite de oliva extra virgen, los champiñones naturales y el tomate margariteño representan ingredientes que pueden ser sustituidos si, pero nunca sus aportes a los sabores que salen de los fogones de Il Positano.
El otro elemento importante es el interiorismo y la arquitectura de la mesa. Su impecable mantelería, la platería de vanguardia con la blancura de la nueva vanguardia. La cubierteria precisa, vasos y copas exactas y sin quiebres y sobre todo la ambientación lounge de sobriedad creando una difuminada atmósfera minimalista. A todo esto debemos resaltar la cuidada utilización de los materiales en su decoración: vidrio, acero, cemento blanco, madera, mármol y piedra. Colores que le imprimen este aspecto feng shui no intentan intimidar al comensal. Por el contrario, despejan toda alegoría a las atrocidades y ruidos del exterior. Y por ultimo, debemos nombrar un aspecto elemental pero que muchos propietarios van desechando a medida que el éxito los arropa o los acecha. La atención y la familiaridad que se respira entre quienes sonreídos y felices nos ofrecen sus mesas para sentarnos a probar sus platos. Conocemos la intensa relación que Viny mantiene con sus empleados que dejaron de serlo para ser sus íntimos colaboradores. He allí el secreto del éxito de sus restaurantes. Y debemos resaltarlos pues esta fortuna que partió de esta bella Isla ya se encuentra no solo en otras ciudades como Caracas, Maracaibo o Puerto Ordaz, ahora también ha salido a buscar el éxito en otros países del mundo. Luce extraño pero Il Positano, aun con los frecuentes viajes de su propietario siga manteniendo la honestidad en sus platos y un envolvente encanto en su propuesta. Sencilla, gourmet y aderezada en la cordialidad de su servicio. No es nada costoso, pero si lo duda por que no los visita y comprueba cada una de las cosas que aquí les decimos. Il Positano, como para repetir…
Il Positano en el Centro Sambil de Margarita viene a sentar las bases de la asimilación de las nuevas tendencias gourmet del mundo, tan en boga pero también tan desmeritadas en estos días. Esta propuesta gourmet italiana se basa en tres elementos fundamentales de la restauranteria de vanguardia. Los ingredientes de primera lo que a su vez acarrea varias consecuencias. Por una parte el rompimiento de los mitos de la pasta “fatta in casa”. Ya no solo la pasta elaborada en cocina es la mejor. También existen excelentes productos manufacturados en grandes volúmenes que mantienen los altos estándares de calidad. De allí que la pasta que viene en caja también es excelente. El segundo punto es que ello redunda en altos costos. Esta pasta importada, el aceite de oliva extra virgen, los champiñones naturales y el tomate margariteño representan ingredientes que pueden ser sustituidos si, pero nunca sus aportes a los sabores que salen de los fogones de Il Positano.
El otro elemento importante es el interiorismo y la arquitectura de la mesa. Su impecable mantelería, la platería de vanguardia con la blancura de la nueva vanguardia. La cubierteria precisa, vasos y copas exactas y sin quiebres y sobre todo la ambientación lounge de sobriedad creando una difuminada atmósfera minimalista. A todo esto debemos resaltar la cuidada utilización de los materiales en su decoración: vidrio, acero, cemento blanco, madera, mármol y piedra. Colores que le imprimen este aspecto feng shui no intentan intimidar al comensal. Por el contrario, despejan toda alegoría a las atrocidades y ruidos del exterior. Y por ultimo, debemos nombrar un aspecto elemental pero que muchos propietarios van desechando a medida que el éxito los arropa o los acecha. La atención y la familiaridad que se respira entre quienes sonreídos y felices nos ofrecen sus mesas para sentarnos a probar sus platos. Conocemos la intensa relación que Viny mantiene con sus empleados que dejaron de serlo para ser sus íntimos colaboradores. He allí el secreto del éxito de sus restaurantes. Y debemos resaltarlos pues esta fortuna que partió de esta bella Isla ya se encuentra no solo en otras ciudades como Caracas, Maracaibo o Puerto Ordaz, ahora también ha salido a buscar el éxito en otros países del mundo. Luce extraño pero Il Positano, aun con los frecuentes viajes de su propietario siga manteniendo la honestidad en sus platos y un envolvente encanto en su propuesta. Sencilla, gourmet y aderezada en la cordialidad de su servicio. No es nada costoso, pero si lo duda por que no los visita y comprueba cada una de las cosas que aquí les decimos. Il Positano, como para repetir…
Restaurant Il Positano. Terrazas Centro Sambil Margarita
lunes, octubre 23, 2006
LAS BRISAS MANTUANAS
Gabriel García Márquez dijo una vez que solo le faltaba “el olor de la guayaba madura para poder escribir”. Y podemos decir también que la cocina venezolana no puede vivir sin el aroma del ají dulce, sin el sabor del papelón y sin los amantes que nos sentamos a merecernos en torno a los bordes de la mesa.
Nuestra cocina ha padecido los maleficios de los letrados, los viajeros desprevenidos y de los entusiastas alienados que confían más en los sabores importados y extranjeros que en los que acunaron nuestros agarrones al delantal materno aleteando en las alturas mientras párvulos intentamos nuestros primeros pasos en el cemento pulido de las cocinas.
Muchos son aquellos que niegan nuestra exquisita tradición culinaria. Nuestra por efectos del acaecer a través del tiempo. Nuestra por los sabores que nos entrega. Nuestra por los temblores psicogénicos que nos causan sus inmanentes olores. Aquellos que niegan las características innatas de nuestro abolengo y nuestra rutina culinaria. La historia que se percibe en las recetas elaboradas en base de maíz y yuca, pese a la incorporación de derivados del trigo en la dieta cotidiana que efectivamente viene de ese profundo y doloroso proceso de transculturizacion, al que debemos también la introducción exitosa en la dieta del venezolano de las carnes de vacuno, porcino, aves de corral y sus derivados. Incluso el uso de especias para preservar y adobar alimentos. Pero también se reforzó el papel del ají como condimento de diversas preparaciones y el onoto adquirió importancia en la coloración de comidas, por su efectividad y fácil adquisición.
Hace unos días nos dejamos enamorar en la carretera de Los Robles hacia la Asunción en el Hotel, Spa Restaurante Las Brisas. Ir a un restaurante por primera vez es como ir a una primera cita de amor. Algo de entrega pero también algo de inocencia perdemos cuando amamos. Alejandra Oropeza cheff del Restaurante Las Brisas una docente de profesión que se confiesa amante de la cocina, nos volvió a enamorar. Y lo precisamos pues ya tuvimos un escarceo hace algunos años en su antiguo restaurante Casa Real del que salimos encantados y seducidos.
Su afán de descubrir, investigar y explorar la ha conducido por estos caminos casi como una sentencia. En sus genes, su tradición familiar y sus estudios, ha conseguido los ingredientes perfectos para entregarse a sus comensales a través de sus platos y sus propuestas.
Recomienda sin temor a equivocarse sus cestas de mariscos en ají dulce, el mouse de ajo porro y ensalada margariteña, para las entradas; como platos principales el pescado courtbouillon o la polvorosa de mariscos en una masa exacta pastel de pollo, la yuca mignon y el infaltable, el perfecto asado negro.
Por su puesto, los postres mantienen la línea criolla con los buñuelos de yuca en papelón, el manjar de lechosa y el sabor mantuano grabado en cacao de bucare en el “Negro en camisa”.
Sabores honestos, atención personalizada y la calidez del trato de su regente. Alejandra Oropeza detiene el encanto de su pasado, en su rostro vive la dolorosa experiencia del exilio y la persecución familiar, pero también reside la afectuosidad y la cordialidad. Si en su rostro vive la sonrisa y la frescura entonces esa jovialidad también reside en sus platos. No es necesario conseguir calor en sus fogones. La llamarada que irradia en su pecho abrasa la sazón de sus platos. En sus manos se moldean los platos para los trashumantes comensales que alborozados y sobresaltados nos sentamos para nacer en su mesa.
Agregamos la magia de este caserón adaptado a la arquitectura colonial y mediterránea, y solo entonces enmarcamos la atmósfera precisa como para regresar doscientos años y saborear la historia que vive y pervive en la bellezura de su creadora y los platos de nuestra tradición culinaria mantuana.
Nuestra cocina ha padecido los maleficios de los letrados, los viajeros desprevenidos y de los entusiastas alienados que confían más en los sabores importados y extranjeros que en los que acunaron nuestros agarrones al delantal materno aleteando en las alturas mientras párvulos intentamos nuestros primeros pasos en el cemento pulido de las cocinas.
Muchos son aquellos que niegan nuestra exquisita tradición culinaria. Nuestra por efectos del acaecer a través del tiempo. Nuestra por los sabores que nos entrega. Nuestra por los temblores psicogénicos que nos causan sus inmanentes olores. Aquellos que niegan las características innatas de nuestro abolengo y nuestra rutina culinaria. La historia que se percibe en las recetas elaboradas en base de maíz y yuca, pese a la incorporación de derivados del trigo en la dieta cotidiana que efectivamente viene de ese profundo y doloroso proceso de transculturizacion, al que debemos también la introducción exitosa en la dieta del venezolano de las carnes de vacuno, porcino, aves de corral y sus derivados. Incluso el uso de especias para preservar y adobar alimentos. Pero también se reforzó el papel del ají como condimento de diversas preparaciones y el onoto adquirió importancia en la coloración de comidas, por su efectividad y fácil adquisición.
Hace unos días nos dejamos enamorar en la carretera de Los Robles hacia la Asunción en el Hotel, Spa Restaurante Las Brisas. Ir a un restaurante por primera vez es como ir a una primera cita de amor. Algo de entrega pero también algo de inocencia perdemos cuando amamos. Alejandra Oropeza cheff del Restaurante Las Brisas una docente de profesión que se confiesa amante de la cocina, nos volvió a enamorar. Y lo precisamos pues ya tuvimos un escarceo hace algunos años en su antiguo restaurante Casa Real del que salimos encantados y seducidos.
Su afán de descubrir, investigar y explorar la ha conducido por estos caminos casi como una sentencia. En sus genes, su tradición familiar y sus estudios, ha conseguido los ingredientes perfectos para entregarse a sus comensales a través de sus platos y sus propuestas.
Recomienda sin temor a equivocarse sus cestas de mariscos en ají dulce, el mouse de ajo porro y ensalada margariteña, para las entradas; como platos principales el pescado courtbouillon o la polvorosa de mariscos en una masa exacta pastel de pollo, la yuca mignon y el infaltable, el perfecto asado negro.
Por su puesto, los postres mantienen la línea criolla con los buñuelos de yuca en papelón, el manjar de lechosa y el sabor mantuano grabado en cacao de bucare en el “Negro en camisa”.
Sabores honestos, atención personalizada y la calidez del trato de su regente. Alejandra Oropeza detiene el encanto de su pasado, en su rostro vive la dolorosa experiencia del exilio y la persecución familiar, pero también reside la afectuosidad y la cordialidad. Si en su rostro vive la sonrisa y la frescura entonces esa jovialidad también reside en sus platos. No es necesario conseguir calor en sus fogones. La llamarada que irradia en su pecho abrasa la sazón de sus platos. En sus manos se moldean los platos para los trashumantes comensales que alborozados y sobresaltados nos sentamos para nacer en su mesa.
Agregamos la magia de este caserón adaptado a la arquitectura colonial y mediterránea, y solo entonces enmarcamos la atmósfera precisa como para regresar doscientos años y saborear la historia que vive y pervive en la bellezura de su creadora y los platos de nuestra tradición culinaria mantuana.
Restaurant Las Brisas. Via Los Robles - La Asuncion. Sector Nuevo Mundo. Isla de Margarita.
Publicado Revista Paladares Arte Gastronomico. No. 4. Octubre. Isla de Margarita.
FERNANDO ESCORCIA
FERNANDO ESCORCIA
ARQUITECTO. LOCUTOR Y PRODUCTOR DE RADIO. CREATIVO, MELOMANO, AMANTE DEL JAZZ Y LA POESIA. GASTRONAUTA.
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