BLOG DE FERNANDO ESCORCIA SOBRE GASTRONOMIA, MUSICA, ARQUITECTURA, IDEAS Y REFLEXION. JAZZ, CATAS Y CAFE. ISLA DE MARGARITA
20+ RECOMENDACIONES IMPERDIBLES MARGARITA 2023
martes, junio 19, 2007
EL SILENCIO DE LAS PERSONAS BUENAS
Todo proceso de polarización política ha generado también, en cualquier país en el que se presente, una tercera franja que identifica a quienes pretenden quedarse en la mitad o sencillamente permanecer al margen de la dialéctica ideológica. En nuestro caso, hemos visto en las últimas semanas varias actitudes que podrían acercarse a esta franja. Unos porque resienten de la actitud de la oposición, sus métodos y su dirigencia y por lo tanto prefieren hacerse a un lado y no participar activamente en la confrontación política. Otros lo hacen por temeridad, otros tantos por inocencia, algunos por conveniencia crematística y otros pretenden estar por encima del bien y del mal denunciando con ello tener una inmensa cobardía por no poder asumir su abierta posición a favor del gobierno. Los mas, y aquí mi posición critica, lo hacen por comodidad.
Cierto es que en medio de un proceso de cambios que se pretende implementar en el país, sin que todos estemos incluidos y sin que forme parte de un proyecto nacional sino de la imposición de un criterio personalista, arbitrario, militarista y autoritario aduciendo el apoyo electoral recibido en diversas contiendas, es cierto, no obstante haber evitado en lo sumo la explicación de los lineamientos esenciales y profundos de estos cambios a las grandes audiencias que le aplauden y le siguen voluntaria o impositivamente. En este arrebatamiento del orden se ha dejado de lado a un sector importante que siendo minoritario es a su vez, esa inmensa minoría que se encoje o se agiganta cada vez que el coloso levanta el puño o pisa duro el acelerador con su bota militar.
En esta oportunidad el atropello se dio sin ambages y sin cortapisas. El cierre de un canal aflora el juicio acerca de la libertad de expresión y la valoración que tiene el gobierno de la disidencia ideológica. Este régimen abiertamente autoritario también coloca el tema del acceso a la información y a las libertades como derecho inalienable en la misma bandeja en la que coloca el manejo de las arcas y reservas monetarias como si del menudo en un bolsillo se tratara.
En este sentido quienes callan por estos días (antes, durante o después) abren espacios para que prolifere la exclusión y se asienten quienes radicalmente entienden el país bajo sus particulares objetivos. Quienes se hacen a un lado también recrean la tolerancia de lo arbitrario para dar espacio a la supervivencia personal, de instituciones o experiencias privadas. Y abonan el campo de aquellos que creen que con autoritarismo y narcisismo puedan seguir creyéndose dueños absolutos de la verdad.
La omisión por comodidad es también un sinónimo de egoísmo, en tanto y en cuanto no sea la inocencia su marca, y aun cuando la temeridad y la coerción alimenten la posibilidad de permanecer absortos mientras el país se descose en radicalizaciones, protestas y el apaleamiento constante por la intolerancia. El peligroso filo de la mitad, riesgoso y cómodo también seduce a los inocentes.
Una vez escribió Martin Luther King: "...Tendremos que arrepentirnos en esta generación no simplemente por las palabras y acciones llenas de odio de las personas malas sino por el espantoso silencio de las personas buenas...". Y si aquí el actuar desde adentro es una forma de tomar partido; el silencio de las personas buenas no nos es permitido cuando están en juego valores esenciales e intrínsecos al ser humano. Aquí también son culpables quienes callan pues demuestran poca valentía, valentía que les sobra a quienes resistimos el uniforme verde y la franela roja soñando por un país que nos involucre a todos y nos comprometa en un proyecto verdaderamente nacional.
Cierto es que en medio de un proceso de cambios que se pretende implementar en el país, sin que todos estemos incluidos y sin que forme parte de un proyecto nacional sino de la imposición de un criterio personalista, arbitrario, militarista y autoritario aduciendo el apoyo electoral recibido en diversas contiendas, es cierto, no obstante haber evitado en lo sumo la explicación de los lineamientos esenciales y profundos de estos cambios a las grandes audiencias que le aplauden y le siguen voluntaria o impositivamente. En este arrebatamiento del orden se ha dejado de lado a un sector importante que siendo minoritario es a su vez, esa inmensa minoría que se encoje o se agiganta cada vez que el coloso levanta el puño o pisa duro el acelerador con su bota militar.
En esta oportunidad el atropello se dio sin ambages y sin cortapisas. El cierre de un canal aflora el juicio acerca de la libertad de expresión y la valoración que tiene el gobierno de la disidencia ideológica. Este régimen abiertamente autoritario también coloca el tema del acceso a la información y a las libertades como derecho inalienable en la misma bandeja en la que coloca el manejo de las arcas y reservas monetarias como si del menudo en un bolsillo se tratara.
En este sentido quienes callan por estos días (antes, durante o después) abren espacios para que prolifere la exclusión y se asienten quienes radicalmente entienden el país bajo sus particulares objetivos. Quienes se hacen a un lado también recrean la tolerancia de lo arbitrario para dar espacio a la supervivencia personal, de instituciones o experiencias privadas. Y abonan el campo de aquellos que creen que con autoritarismo y narcisismo puedan seguir creyéndose dueños absolutos de la verdad.
La omisión por comodidad es también un sinónimo de egoísmo, en tanto y en cuanto no sea la inocencia su marca, y aun cuando la temeridad y la coerción alimenten la posibilidad de permanecer absortos mientras el país se descose en radicalizaciones, protestas y el apaleamiento constante por la intolerancia. El peligroso filo de la mitad, riesgoso y cómodo también seduce a los inocentes.
Una vez escribió Martin Luther King: "...Tendremos que arrepentirnos en esta generación no simplemente por las palabras y acciones llenas de odio de las personas malas sino por el espantoso silencio de las personas buenas...". Y si aquí el actuar desde adentro es una forma de tomar partido; el silencio de las personas buenas no nos es permitido cuando están en juego valores esenciales e intrínsecos al ser humano. Aquí también son culpables quienes callan pues demuestran poca valentía, valentía que les sobra a quienes resistimos el uniforme verde y la franela roja soñando por un país que nos involucre a todos y nos comprometa en un proyecto verdaderamente nacional.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)